Ya sea por un problema laboral o personal, un conflicto en la relación de pareja, algún comentario de una persona o cualquier otro motivo, a menudo nos encontramos pensando más de la cuenta en algo, sin poder para de darle vueltas al mismo tema.
Está bien pensar en los problemas para encontrar posibles soluciones, pero es importante establecer una diferencia entre pensar de un modo constructivo y culparte por cualquier error que hayas cometido.
Estás pensando más de la cuenta cuando:
1. Intentas encontrar una respuesta que en realidad no existe. Por ejemplo, por mucho que trates de determinar si una persona te hizo daño a propósito o no, o por qué alguien hizo lo que hizo, si esa persona no está dispuesta a darte una respuesta, posiblemente no haya modo de saberlo y no te quede más remedio que aceptar que no puedes saberlo todo.
2. Intentas usar la razón y el pensamiento para tomar una decisión que debería estar guiada por la emoción y no por el intelecto. Por ejemplo, pensando no vas saber si te gusta más una ciudad u otra o un trabajo u otro. En casos como estos deberás dejar de pensar y empezar a sentir, dejándote guiar por tus emociones y tu intuición.
3. Sigues insistiendo, dándole vueltas a un problema porque te exiges encontrar una solución de inmediato. Si no encontramos la solución de algo es preferible parar, dejar descansar la mente un tiempo y luego volver a intentarlo. En algunos casos debes saber cuando descartar definitivamente ciertas situaciones.
4. Buscas la solución perfecta. Piensas y piensas y ninguna decisión o solución te parece lo bastante buena. Siempre hay un inconveniente. Esto es debido a que, a menudo, las soluciones perfectas no existen. Es importante reconocer cuándo esto está pasando y aceptar que, algunas veces, tenemos que decidirnos entre varias soluciones imperfectas y elegir una de ellas.
5. Tratas de usar tu pensamiento para evitar una emoción negativa. Por ejemplo, si alguien lastimó tus sentimientos y sients rabia, vergüenza, tristeza, o cualquier otra emoción negativa, no es raro que pienses una y otra vez en lo sucedido para tratar entenderlo de un modo que te haga sentir mejor.
Sin embargo, la mayoría de las veces acabas sin llegar a ninguna parte, atormentándote con un montón de ideas desagradables y puede que hasta termines con dolor de cabeza o contracturas musculares. Así que no te estreses y elimina de tu vida todo aquello que te perturbe.
Fuente: DC|MM