UFC son tres letras que juntas no simbolizan demasiado para quienes nos movemos constantemente entre canchas de fútbol teñidas con los colores de los equipos nacionales. En otras partes del mundo, esas tres letras logran que en las cabezas de millones de aficionados aparezcan imágenes de más de 20 años de historia de las Artes Marciales Mixtas (MMA).
En Rio de Janeiro, lugar donde se realizará el próximo evento de la máxima división del MMA, la efervescencia se respira desde que se pone un pie en tierra y se comienza a escuchar samba.
La UFC (Ultimate Fighting Championship) nace bajo la necesidad de definir qué luchador, independiente de su especialidad, era el mejor del mundo. Un ecosistema creado para que el boxeo, el jiujitsu brasilero o el karate – entre muchas otras disciplinas- se debatieran unas con otras, y así definir cuál de todas era más efectiva.
Por ser definido como un deporte demasiado agresivo y que no contempla la salud de quienes lo desarrollan, el nacimiento del UFC pasó por momentos complejos en que las autoridades estadounidenses, su lugar de origen, libraron una guerra mediática y también legal en contra de la división, expulsándolos de diversos Estados en Norteamérica, y exigiendo una mayor regulación y reglamento en el desarrollo de los combates.
Con 23 años de existencia, UFC ha comenzado a entrar con fuerza en el mercado latinoamericano. Tanto así que su cobertura ya supera los 84 millones de televisores que hoy cuentan con programación de la división, descontando el alto impacto que también tiene en Brasil y donde se ha convertido en un fenómeno que tiene actualmente a tres campeones mundiales en diferentes categorías llevando la bandera brasileña a los diferentes eventos en todo el mundo.
Efervescencia que por estos días se toma Río de Janeiro, sede del UFC 190 a disputarse el 1 de agosto en el HSBC Arena, con una capacidad para 18.000 espectadores, y que tiene ya montado al octágono sede de los próximos combates del UFC.
En el afán de espectáculo que esta división presenta a sus aficionados, se realizó en una de las playas de Rio de Janeiro la práctica abierta de las estrellas que el sábado estarán luchando por defender o conquistar los diferentes títulos en disputa.
Durante los entrenamientos abiertos, sorprendió que a pesar del fuerte cariño que hay por la nacional Correia, la actual campeona del UFC, Ronda Rousey se llevó la principal cantidad de aplausos, confirmando que en esto del MMA la localía y la camiseta no importan mucho si de fanatismo y camiseta se trata.
Por ahora, las calles de Rio siguen llenas de amantes de las luchas peleando por conseguir boletos para el máximo evento de la semana, practicando combinaciones de golpes o nuevas llaves y dejando sus camisetas de la selección verde amarela a un costado, para cuando convenga, porque ahora las artes marciales mixtas reinan en las tierras cariocas.