La explosión de un coche bomba hoy frente al consulado italiano en Egipto, que causó un muerto y diez heridos, llevó de nuevo el terror al corazón de El Cairo y despertó el temor de que los terroristas tomen como blanco a los extranjeros.
La autoría de este ataque fue asumida por la rama egipcia del grupo yihadista Estado Islámico (EI), que aconsejó «a los musulmanes alejarse de todos los lugares de seguridad que son objetivo de los ataques de los muyahidines (guerreros santos)».
Desde hace dos años los atentados sacuden con frecuencia el país, pero en los últimos meses han empezado a ir dirigidos, además de contra las fuerzas de seguridad, contra miembros de la judicatura y algunos lugares turísticos.
El consulado italiano, cuya fachada histórica sufrió graves destrozos, se encuentra en el céntrico barrio de Bulaq Abu Laela, junto a una de las arterias de la ciudad, el puente 6 de Octubre.
El imponente complejo de varias plantas que alberga la sede consular también incluye el Liceo Italiano y un restaurante, frecuentado por la comunidad extranjera.
Desde Roma, el ministro italiano de Asuntos Exteriores, Paolo Gentiloni, aseguró que se trata de «un ataque directo contra Italia».
El primer ministro italiano, Matteo Renzi, conversó por teléfono con el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, y le ofreció «luchar juntos contra el terrorismo y el fanatismo».
La explosión se registró a las 06.30 hora local (04.30 GMT), cuando el consulado estaba cerrado y en la habitualmente concurrida zona no había demasiados viandantes.
Pese a ello, el atentado se saldó con un civil muerto y diez heridos, que tuvieron que ser hospitalizados aunque en su mayoría ya han sido dados de alta, según el Ministerio egipcio de Sanidad.
Todavía afectado por lo vivido, un residente del barrio y testigo del ataque, Ali Mohamed Ali, explicó a Efe que la víctima mortal era un vendedor ambulante y que la onda expansiva se sintió a tres calles del lugar.
«Han atacado el consulado italiano para manchar la imagen de Egipto, para que parezca que no tenemos seguridad en nuestro país», denunció Ali, que trabaja como guardia en un aparcamiento.
Además del consulado, cuya puerta principal estaba muy dañada y uno de sus muros semiderruido, otras viviendas de la zona resultaron también afectadas por el estallido, según pudo constatar Efe.
Una grúa retiraba los escombros mientras que otra máquina drenaba el agua que anegaba el área debido a la ruptura de una tubería por la explosión.
Según el Ministerio del Interior, la bomba fue colocada por desconocidos en un vehículo aparcado cerca del consulado y detonada por control remoto.
Por su parte, la filial egipcia del EI anunció en su nota que hizo estallar un coche bomba cargado con 450 kilos de material explosivo.
Entre los residentes y curiosos que rondaban por la zona proliferaban las soflamas contra los Hermanos Musulmanes y a favor de la nueva ley antiterrorista, cuyo proyecto está levantando mucha polémica porque restringe también la libertad de prensa.
Uno de ellos, Gamal Saleh, abogó por endurecer las penas: «Debe aprobarse la ley antiterrorista que condena a cadena perpetua o pena de muerte a estos criminales» para acabar con esta lacra, dijo a Efe.
El pasado 29 de junio, el fiscal general de Egipto, Hisham Barakat, perdió la vida en un atentado con coche bomba en El Cairo, y dos días después una serie de ataques contra el Ejército en la península del Sinaí causaron decenas de muertos.
Desde la Unión Europea y la Liga Árabe han condenado el ataque frente al consulado y han mostrado su apoyo a Egipto en su lucha contra el terrorismo.
Egipto sufre una ola de atentados desde el golpe militar del 3 de julio de 2013 que derrocó al entonces presidente egipcio, el islamista, Mohamed Mursi, vinculado en su tiempo a los Hermanos Musulmanes, grupo que se ha desmarcado de todos estos actos terroristas.
DC – EFE