El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, reveló este lunes el informe anual sobre la situación del delito de trata de personas en el mundo.
Tras el exámen, Colombia fue calificado, por segundo año consecutivo, con el nivel dos, que significa que no cumple con los estándares mínimos internacionales adoptados en el protocolo de Palermo, en la lucha contra este delito, a pesar de que hace esfuerzos.
Según la investigación del Departamento de Estado de EE. UU., conocida por EL TIEMPO, Colombia sigue siendo “un país de origen y destino de hombres, mujeres y niños víctimas del tráfico sexual y laboral”. El documento dice que el año pasado se reportaron 176 posibles víctimas de este delito.
Estados Unidos determinó que “el Gobierno de Colombia no cumple plenamente con las normas mínimas para la eliminación de la trata”. Sin embargo, aseguró que el país “está haciendo esfuerzos significativos para lograrlo”.
Ese país indicó que las autoridades colombianas han seguido investigando estos delitos y, de hecho, se reportó un incremento en el número de investigaciones de casos de tráfico interno de personas con fines sexuales.
También reconoció que el Gobierno colombiano ha realizado campañas de sensibilización y ofrece planes de asistencia de emergencia a corto plazo para las víctimas.
Pese a esto, Estados Unidos dice que sigue faltando una mayor protección a las poblaciones vulnerables a este delito y una mejor atención. “Los funcionarios investigan algunos casos de trata como otros delitos, lo que afecta los esfuerzos para identificar y asistir a las víctimas y permitir que los traficantes rindan cuentas”.
El tráfico sexual, dice el informe, afecta en mayor medida a mujeres y niños que terminan en países de América Latina, el Caribe y Asia.
Algunas de las zonas de victimización en el país son las regiones turísticas, en donde los menores son víctimas de prostitución infantil, y las zonas de minería.
Entre las potenciales víctimas de tráfico sexual y prostitución forzada están los transgénero, mientras que en los casos de tráfico laboral, los sectores con más riesgo son la minería, la agricultura y el servicio doméstico.
“Colombia es un destino para turistas sexuales extranjeros, principalmente de América del Norte y Europa”, asegura el informe.
No hubo condenas por servidumbre doméstica
Sobre la persecución a las redes de trata, el informe concluye que algunos de los casos de trata interna han sido categorizados erróneamente como otros delitos. “Por ejemplo, los casos internos de trata sexual de menores fueron frecuentemente investigados como inducción a la prostitución y proxenetismo”.
Según Estados Unidos, la Policía de Colombia registró nueve operaciones contra traficantes que dieron con la captura de 26 sospechosos, y reportó 176 posibles casos de trata.
En el 2014, las autoridades condenaron a cinco traficantes sexuales trasnacionales, y a dos por tráfico sexual al interior del país. En el 2013, hubo 11 condenas para traficantes internacionales, y una para un traficante interno de personas, con penas que en promedio estaban por los 22 años de cárcel.
De otro lado, los fiscales informaron la apertura de 15 nuevas investigaciones de trata transnacional y 107 investigaciones de trata interna.
A pesar de estos casos, Estados Unidos criticó que “no se reportó ninguna condena por trabajo forzoso, a pesar de un fallo del 2013 de la Corte Constitucional que les ordena a las autoridades aumentar los esfuerzos y la aplicación de la ley contra la servidumbre doméstica.
Recomendaciones
El gobierno de Estados Unidos le recomienda a Colombia fortalecer la atención a las víctimas de trata con los servicios de alojamiento y aumentar la financiación a organizaciones no gubernamentales que manejan estos temas.
También le recomendó revisar la Ley 1069 para que las víctimas no tengan que presentar la denuncia contra los traficantes en los cinco días siguientes para poder recibir asistencia continua.
Además, le aconsejó crear unidades regionales de Fiscalía contra la trata de personas, para aumentar la capacidad en las zonas con más vulnerabilidad.
DC | ET