Vigilante, desde lo alto, casi en medio de las nubes, su figura masculina observa a Floridablanca, al resto del departamento de Santander y, se podría decir, que a toda Colombia. Tiene 38 metros de alto y pesa unas 40 toneladas. Lo cubre una túnica. Su mano izquierda está sobre el pecho –justo encima de donde queda el corazón– y la derecha está elevada, como a punto de lanzar un poder divino. Su cabello, largo; su mirada, inquisitiva.
Es el Santísimo, la escultura hecha de polímero insaturado –material resistente y liviano utilizado en diferentes monumentos y construcciones modernas– con la que Santander aspira a consolidarse como uno de los destinos turísticos más importantes del país.
La figura, que ha estado en medio de la polémica desde que se conocieron sus diseños por su gran parecido con Jesús (Colombia es un país laico y la construcción de elementos representativos de cualquier religión con dineros públicos está prohibida), está ubicada en el cerro El Santísimo, en el municipio de Floridablanca, a unos 30 minutos de Bucaramanga, capital santandereana.
Sobre la controversia, tanto su diseñador y escultor, el bumangués Juan José Cobos, como el gestor de la iniciativa, el gobernador Richard Aguilar, han reiterado que no se trata de un personaje perteneciente a una religión o creencia particular; en cambio, aseguran, es una divinidad que podría ser de cualquier credo. “Se parece a Jesús, a Krisna o a Zeus”, explican.
“En un viaje que hice a Brasil fui testigo del imán para los viajeros que representa el Cristo Redentor de Río de Janeiro. Mi intención era hacer algo similar en mi región; quería tener un lugar al que todos los colombianos quisieran ir, un plan obligado para las personas que vinieran al departamento”, explicó Aguilar, días antes de la inauguración del Santísimo, que tuvo lugar hace un par de semanas.
El Santísimo forma parte de un megaproyecto turístico que se encuentra en el cerro que le da el nombre a la escultura. El complejo del Ecoparque el Santísimo, construido donde quedaban las instalaciones de la cervecería Clausen, cuenta con un hotel con capacidad para 30 personas, un restaurante, un auditorio y centro de eventos y dos museos.
Además, tiene un moderno teleférico que sirve para subir a ver la escultura tras un trayecto que dura unos cinco minutos.
Ya en la cima del cerro, los visitantes tendrán la posibilidad de apreciar las fuentes en la base de la gigantesca estatua y subir al mirador que se encuentra en la parte más alta de esta, a través de unos ascensores panorámicos que se espera estén listos a finales de este año. En total, el parque tiene capacidad para 3.000 personas.
Otros planes
En Santander vale la pena visitar el Parque Nacional del Chicamocha (Panachi). Los amantes de la adrenalina que lleguen a Panachi pueden subir al cablevuelo y al columpio extremo, mientras que los más tranquilos no deben dejar pasar las espectaculares fotos que desde ahí se alcanzan a hacer del Cañón del Chicamocha. El cañón también se puede atravesar en teleférico. Por último, uno de los atractivos turísticos para completar la experiencia viajera en Santander es ir a conocer el Acuaparque, situado frente a Panachi, a orillas del cañón. Cuenta con varias piscinas, toboganes y juegos acuáticos para toda la familia.
DC | GDA