Contrastes de la sociedad venezolana, Jesús Castillo Molleda (@castillomolleda) 

En una reciente visita de tres urbanistas colombianos, un sociólogo chileno y un colega politólogo francés, a la ciudad de Valencia, Barquisimeto, Mérida, Puerto la Cruz y Maracaibo, en búsqueda de información para un trabajo de investigación sobre el comportamiento ciudadano en Venezuela. Tras la recolección de información se pudo evidenciar los contrastes de una sociedad, que a pesar de vivir los mismos problemas, los asume de diferentes maneras.

El tener tres tipos de cambios oficiales del dólar y un cambio no oficial pero que marca los indicadores económicos de precios es algo poco explicable para las finanzas internacionales y aún más cuando el órgano rector de los anuncios de los indicadores económicos del país no publica información al respecto, el mercado se hace más distorsionador a la realidad. A los investigadores le costaba entender cómo con esos diferenciales cambiaros se podía lograr sobrevivir en la planificación de ingresos y egresos de la economía familiar, del comercio, servicios, empresas privadas y públicas.

Sin embargo, en Venezuela es común ver a una persona que gana un salario no mayor de 20 mil bolívares mensuales con celulares con costos entre los 600 y 1000 dólares, los cuales muchas veces mantienen sin saldos. Asimismo, es común observar personas con vehículos sobre los 35 mil dólares pero no tienen casa propia, a la vez que se ven personas buscando entre los basureros comida u objetos; y por otra parte, se ven personas botando grandes cantidades de alimentos, incluyendo al gobierno que se dio el lujo de dejar perder toneladas de comida en conteiner, además de instrumentos de seguridad y medicamentos. Por su parte, se observan ciudadanos que duermen en plazas públicas, en estaciones de servicios, a las afueras de iglesias, por no tener un lugar en donde vivir y otros ciudadanos que han recibido varias viviendas por parte del Estado.

En otro orden de ideas, llama la atención que al estudiar los pagos de los deudores a la banca pública y privada se refleja que el que tiene menos paga muy bien y el que tiene mucho se atrasa en los pagos o no paga. Muchas personas se quejan por la actitud de los políticos pero como ciudadanos no actúan y en épocas electorales votan por la emoción electoral del momento y no por el futuro. Se observan ciudades llenas de basura, calles destrozadas, falta de servicios públicos pero en contraste se observan ciudades limpias, asfaltadas, y con mejores servicios públicos. Por su parte, el gobierno habla de una educación gratuita pero en la escuela los representantes pagan una colaboración y todas las semanas deben llevar tizas, materiales de limpieza; igual pasa en la salud es gratuita pero hay que llevar todo. Asimismo, se expropian empresas productivas para volverlas improductivas, ciudadanos que se quejan a diario por la crisis económica pero no dejan de ser altos consumidores y quieren comprar de todo, inclusive muchas cosas que ni usan, ciudadanos que piden castigo al corrupto, pero al bachaquear, revender, especular, delinquir también se convierten en corruptos. Se habla de justicia social pero se hace poco para lograrla, se le exige al gobierno que cambie, pero quienes lo exigen no cambian. Las ciudades están llenas de ranchos pero también están llenas de grandes mansiones, se castiga al bueno pero se premia al malo. En Venezuela la rabia la convierten en humor, de todo se hace un chiste, lo que refleja una sociedad frustrada e impotente ante la solución de los problemas. Y la reflexión es ¿cómo actuar para presionar a los actores políticos para que gobiernen con eficiencia?. En Venezuela hay muchos pobres pero también hay gente tan pobre que lo único que tiene es dinero, el modelo de la cuarta república al igual que el de Chávez fracasaron; y si el Presidente no rectifica también fracasará, lo que dará el paso de la sexta república la cual de contar con la misma actitud de los políticos y ciudadanos de seguro también fracasará. Como lo dijo José Ingenieros “Seres desiguales no pueden pensar de igual manera. Siempre habrá evidente contraste entre el servilismo y la dignidad, la torpeza y el genio, la hipocresía y la virtud”. El cambio es una responsabilidad individual para influir en la colectiva, cambia y seguro todo cambiará.

 

DC / S.H. Jesús Castillo Molleda Profesor Universitario, Politólogo, Coach Político, Locutor / jcastillo@fundacionzuliaproductivo.com @castillomolleda

 

 

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