El papa Francisco inició la jornada de hoy, sábado, que incluirá una misa multitudinaria en Caacupé, saludando a una multitud que lo esperaba a la salida de su alojamiento en la Nunciatura y bebiendo unos sorbos de mate, la infusión tradicional local, que le ofreció un feligrés.
“Cuando tuve 16 años de edad vi al papa Juan Pablo II y hoy vine a las 3 de la madrugada para saludar a Francisco. Es una bendición para mí que haya aceptado mi mate”, dijo Francisco Valery, vecino de Asunción.
Tras saludar a los presentes, Francisco subió a un automóvil Peugeot que Juan Pablo II había usado en su visita al país en 1988 y se dirigió al hospital pediátrico Acosta Ñú, donde se atiende a niños con cáncer y otras enfermedades graves. Durante todo el trayecto y en el hospital, una multitud se reunió para saludarlo.
Al terminar su visita, y abrazado por niños, el papa, en un improvisado discurso, dijo que Jesús pide “que seamos humildes como los chicos, espontáneos como los chicos que no tienen vergüenza, sin doblez. Son simples, alegres. Eso es lo que Jesús quiere”.
Francisco prevé oficiar dos misas durante su estancia de tres días en Paraguay, donde el 90% de la población profesa la fe católica.
La primera será en Caacupé, una pequeña ciudad de 48 mil habitantes, el principal bastión de la fe católica del país. Allí, según cuenta la leyenda, hacia el año 1600 la virgen María le salvó la vida a un indígena guaraní cuando fue atacado por una tribu enemiga y éste, en agradecimiento, talló en madera una virgen morena que los paraguayos veneran hasta hoy.
Caacupé, que significa “detrás del bosque de yerba” en idioma guaraní, se encuentra a 54 kilómetros al este de Asunción. “Es considerada la capital espiritual del país, con un santuario en donde el pueblo expresa su devoción a Dios en forma constante “, dijo el presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya, Claudio Giménez.
El papa Francisco pronunciará una homilía y está previsto que el rezo del Padre Nuestro se realice en idioma guaraní.
Resto de la agenda
Por la tarde, ya de regreso en Asunción, Francisco mantendrá un encuentro con representantes de diversas organizaciones sociales en el estadio León Condou. Luego recibirá las llaves de la capital paraguaya de parte del intendente Arnaldo Samaniego.
Cerrará su actividad con una nueva ceremonia religiosa, esta vez en la catedral de Asunción, donde pronunciará una nueva homilía.
La visita del papa Francisco ha generado una enorme expectativa en un país donde el 24 por ciento de la población vive debajo de la línea de pobreza, el 14 por ciento no tiene empleo y donde 110 mil indígenas sobreviven en condiciones económicas y sociales paupérrimas.
El domingo el papa oficiará su segunda misa en Paraguay, en Ñu Guasú, (“Campo Grande”, en guaraní), un predio de la Fuerza Aérea Paraguaya en las afueras de Asunción. Para la ocasión, el artista plástico Koki Ruiz construyó un altar con 40 mil espigas de maíz, 200 mil cocos y mil calabazas, un homenaje a los indígenas guaraníes que veneraban a la tierra por ofrecerle esos alimentos.
Se espera que más de un millón de fieles, paraguayos y de países vecinos, asistan a la misa de Ñu Guasú.
El papa arribó el viernes a Paraguay procedente de Bolivia y se reunió con el presidente Horacio Cartes, tras una breve visita a una cárcel de mujeres.
Tras la entrevista con el mandatario en el palacio presidencial, el papa felicitó a Paraguay por sus avances democráticos y económicos, pero señaló que la democracia necesita más justicia social y menos corrupción.
DC | AP