Dos altares tenía Deivis Antonio Coello Berrios (30) dentro de su hogar: uno con palos enterrados en una vasija con arena rodeada de plumas y otro con velas negras, bananas y mandarinas a un lado. El hombre, quien asesinó a golpes a su hijo David, confesó en la Policía su adoración por Satanás y que mató al menor de sus descendientes para ofrecérselo a los espíritus.
«No me importa que me pongan preso, porque los muertos están conmigo», repetía con descaro Coello, mientras los detectives lo detenían en las adyacencias del Materno de Cuatricentenario.
Los investigadores explicaron que Deivis practica el «palerismo», una rama de la santería, desde hace tres años. «Trabaja con los muertos». Este hombre viajaba sin decir a dónde y dejaba solos a sus hijos de nueve y 12 años en la pieza de ladrillos y techo de latas, en la calle 89M del barrio Sol de Maracaibo, parroquia Francisco Eugenio Bustamante.
Coello, quien está a la orden de la Fiscalía Séptima del Ministerio Público, golpeó a su hijo David con cables y palos, el pasado domingo a las 5.00 de la tarde. Para justificar la paliza, alegó que encontró a su hijo fuera de su casa y a «él no le gustaba».
El estudiante de tercer grado agonizó durante ocho días. El pasado lunes, a la 1.00 de la madrugada, el cuerpo de David colapsó. Tenía fiebre alta, escalofríos y vómito. Su padre y un vecino lo trasladaron en una motocicleta roja hasta la emergencia del Materno de Cuatricentenio, donde murió 20 minutos más tarde.
El reporte médico explicó que llegó deshidratado y con un cuadro severo de desnutrición. Tenía hematomas en la espalda y el abdomen. Reportaron el caso a los funcionarios.
La hermanita de la víctima, permanece en un refugio para niños desamparados, por orden de una juez, hasta que se determine que familiar se pueda responsabilizar por el bienestar de ella.
Calvario
David y su hermanita de 12 años, residían solos con su padre desde hace tres años cuando su madre se mudó a Ciudad Bolívar.
«Su mamá también los maltrataba. Esos niños preferían dormir dentro de carros viejos y abandonados que estar con ellos», comentó una vecina, quien agregó que la mujer tras enterarse de la muerte de David viajó en autobús hasta Maracaibo, para poder sacar el cuerpecito de su niño de la morgue forense y sepultarlo. Llegó ayer, a las 12.00 del mediodía.
«Su padre los agredía mucho más», contó el efectivo. Tras la separación Deivis conoció a Neilibeth, con quien formó una nueva familia y tuvo dos hijos más, uno de ellos, de nombre Joel Jesús Coello Alvarino, de cinco meses, este se electrocutó con un ventilador en marzo de 2012, en barrio Sol de Maracaibo.
Coello recordó la pérdida mientras declaraba a los oficiales. Les comentó a los detectives que sus muertos le habían advertido que pasaría algo malo. «Me quitaron a Joel y ahora a David. Si ellos lo quisieron así, es porque así tenía que ser».
DC | La Verdad