Un hombre residente en Boynton Beach, en el sureste de Florida, ha presentado una denuncia contra la Iglesia de la Cienciología por violación de sus derechos civiles, al prohibirle cualquier contacto con su hija, quien es miembro de esta secta religiosa, informó el viernes un medio local.
Brian Sheen, quien ha sido calificado de persona “suppresive” (“suprimible o prescindible”) por la Cienciología, recibió una carta pocos meses después de la boda de su hija en la que se le notificaba que su único contacto con miembros del culto era el Jefe de Justicia Internacional, recogió el canal local 5 de West Palm Beach.
“Ellos creen que busco activamente hacerles daño”, agregó Sheen, quien aseguró que su propia hija estaba “tan sorprendida y disgustada como él y no podía creerlo”.
Sheen ha presentado una denuncia por violación de sus derechos civiles contra la Iglesia de la Cienciología, con la esperanza de que un juez así lo estime y pueda volver a comunicarse con su única hija.
El padre sostiene que si su hija mantiene algún contacto con él pone en riesgo su matrimonio y su estatus dentro de esta secta que fue retratada en términos muy duros recientemente en el documental del canal HBO “Going Clear: Scientology and the Prision of Belief”, basado en el libro homónimo de Lawrence Wright.
“Te amo. Quiero que sepas que siempre te apoyaré y que encontraré alguna manera de que estemos juntos”, dijo Sheen con la esperanza de que estas palabras lleguen a su hija.
Un portavoz de la Cienciología señaló al canal citado que no tenían ningún comentario que realizar sobre la carta enviada a Sheen.
En “Going Clear: Scientology and the Prison of Belief” se relatan abusos físicos y psicológicos como parte del funcionamiento de esa fe creada en 1954 por el escritor estadounidense de ciencia ficción L. R. Hubbard, y las presiones y amenazas que sufren quienes tratan de abandonarla.
Esas personas y otras del entorno de la familia que no están integradas en la Cienciología se ven abocadas supuestamente a un proceso denominado de “desconexión”, por el que cualquier familiar o amigo que pertenece a la Cienciología es obligado a darle la espalda.
Desde la Iglesia de la Cienciología se ha calificado el documental de “propaganda de primera categoría”.
DC | EFE