Santos ordena suspender de nuevo bombardeos contra las Farc 

Con el fin de comenzar a materializar el desescalamiento del conflicto armado, y en respuesta al cese del fuego unilateral de las Farc, el presidente Juan Manuel Santos ordenó este sábado en la noche suspender nuevamente los bombardeos aéreos contra los campamentos de esa guerrilla.

Claro que se tendrán que cumplir unas condiciones específicas para que esta medida, que comenzó a regir desde ayer mismo, se pueda hacer efectiva. (Vea algunas reacciones al segundo cese de bombardeos contra las Farc)

 

Lo que dijo el Jefe de Estado es que los campamentos no pueden estar cerca de los cascos urbanos, no deben generar ningún tipo de riesgo para la población civil ni para la Fuerza Pública, y tampoco tienen que ser una amenaza para la infraestructura. Además, advirtió que tampoco será efectiva si se hace proselitismo desde estos sitios.

Esto quiere decir, en plata blanca, que si alguno de estos aspectos no se respeta por parte de las Farc, se exponen a que se ordene un bombardeo sobre los campamentos que ubiquen e identifiquen los uniformados de la Fuerza Pública.

“Vamos a ir apagando poco a poco el fuego. ¿Eso qué significa en términos reales? Menos muerte, menos sufrimiento y menos víctimas”, enfatizó el mandatario, quien dejó en claro que, de ser necesario, “este tipo de bombardeos solo se podrán realizar por orden explícita del Presidente”.

Si bien esta medida es del resorte del Jefe de Estado, la posibilidad de decretarla se estudió en La Habana en una de las múltiples sesiones que tiene la subcomisión del fin del conflicto, instancia conformada por militares activos y guerrilleros y en la que se debaten las acciones que se deben tomar para bajarle la intensidad a la guerra.

La decisión, de hecho, lo que busca es darle un empujón a la mesa de negociación, para que se puedan lograr acuerdos concretos pronto y –de firmarse la paz– poder decretar un cese del fuego bilateral y definitivo.

“Hemos pedido que se acelere la conversación sobre ese tema (cese del fuego) y también sobre el desarme y la justicia”, agregó anoche Santos desde Cartagena, donde conmemoró el día nacional de la Armada.

El Jefe de Estado sabe que no es una decisión sencilla de explicarle a la opinión pública, y menos en momentos en los que la ciudadanía tiene grabadas imágenes como el ataque terrorista contra un oleoducto en Tumaco que ocasionó que el crudo derramado, incluso, llegara hasta las aguas del mar Pacífico.

Pero también tiene claro que es una decisión necesaria en el propósito de acelerar las conversaciones y ponerle punto final a una confrontación de cinco décadas que –por cuenta del conflicto– ha causado más de 220.000 muertos.
“La transición de la guerra hacia la paz requiere un cambio de cultura y mentalidad, y ahí hay que hacer una gran pedagogía”, precisó el Presidente.

Esta no es la primera vez que se toma una decisión de esta naturaleza. En marzo pasado, y también respondiendo a una tregua unilateral de las Farc, la Casa de Nariño ordenó suspender los bombardeos contra los campamentos de la guerrilla.

Sin embargo, en abril las Farc –en medio de ese cese unilateral– asesinaron a 11 soldados en el municipio de Buenos Aires (Cauca), lo que generó una rápida respuesta del Ejecutivo para reanudar con contundencia los bombardeos. De hecho, tras la primera operación después de esa orden, en el mismo mes, fueron abatidos 26 guerrilleros en el Meta.
Anoche, Santos dejó en claro otro aspecto importante. La orden de suspender de nuevo los bombardeos no implica que la Fuerza Pública vaya a dejar de cumplir su deber.

“El Gobierno Nacional continuará garantizando la seguridad de los colombianos y el imperio de la ley; se seguirá persiguiendo el delito”, dijo el mandatario.

Santos, además, hace dos semanas anunció que habrá un plazo de cuatro meses para mirar cómo ha avanzado el proceso para determinar, cumplido ese tiempo, si se continúa o no con la negociación. Es por eso que en ese mismo lapso también se analizará qué resultados arroja la suspensión de los bombardeos que, por ahora, será permanente.

Tras el anuncio del Presidente las reacciones, por supuesto, no se hicieron esperar. El analista y exmilitante del Eln, León Valencia, aseguró que “es una medida muy positiva y me arriesgo a decir que van hacia un cese bilateral definitivo, que van a anunciar antes de las elecciones regionales de octubre”.

Desde el Congreso se pronunció uno de los copresidentes de la Comisión de Paz del Senado, Roy Barreras, quien dijo que “avanzar en el desescalamiento del conflicto es el preámbulo de la paz, porque si las Farc paran la lluvia de balas, pues el Ejército para la lluvia de bombas”.

Pero también hubo voces críticas. El expresidente y senador del Centro Democrático Álvaro Uribe, el más férreo opositor a los diálogos de paz, afirmó que “el premio a la dosis de sangre y destrucción de la semana anterior es la suspensión de bombardeos”.

Y el general (r.) Néstor Ramírez Mejía, presidente del cuerpo degenerales y almirantes de la reserva activa, advirtió que esta medida, que no implica que la Fuerza Pública se quede quieta, permitirá que “las Farc se vuelvan a agrupar en sitios de retaguardia”.

No obstante, suspender los bombardeos es una decisión clave para acelerar los diálogos, como lo advirtió anoche Santos, pero solo dependerá de las partes en negociación que sirva para que la dinámica de la guerra transite hacia un verdadero desescalamiento.

 

DC|ET

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