Consiste en desviar la atención del pueblo de los cambios importantes que el país demanda, sustituidos por resoluciones políticas decididas por las élites políticas y económicas que durante los últimos años están gobernando Venezuela. Mediante la técnica de continuas distracciones y de informaciones insignificantes para los ciudadanos, indispensable para impedir al pueblo interesarse por los conocimientos esenciales en áreas de vital importancia para el progreso, para el futuro de la nación, para el futuro de nuestras familias y para conseguir el pan, de nuestros hijos.
Mantener la atención del público distraída lejos de los verdaderos problemas sociales como los que hoy vivimos la inmensa mayoría de los venezolanos: Escasez, inseguridad, alto costo de la vida, desempleo, corrupción, servicios públicos deficientes, entre otras; cautivadas por temas sin importancia real, es decir mantener al público ocupado, tal como sucede con las inmensas colas que hoy los venezolanos debemos hacer, para comprar alimentos regulados y no regulados, medicinas, cauchos, baterías para vehículos, surtir gasolina en estados como Táchira y Zulia, estrategias para continuar manteniendo al público ocupado. Sin ningún tiempo para pensar en el futuro, en el progreso, en la libertad, en la igualdad, entre otras cosas de las cuales deberíamos ponerle de forma colectiva especial atención, pero seguimos distraídos y ocupados en lo individual y no en el amor colectivo a la tierra que nos vio nacer, porque todo ello constituye parte de una estrategia del actual régimen que nos gobierna hoy en Venezuela, y que muchos no lo hemos entendido.
Como ha sucedido con un sin número de acusaciones contra diversos Países y actores de la vida pública de la república, ejemplo: acusar al vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, por estar involucrado en el presunto plan para derrocar al gobierno venezolano; a la cantante, compositora y actriz cubanoamericana Gloria Estefan por dirigir un supuesto “circuito” y al dúo venezolano Chino y Nacho de pertenecer a “unas mafias musicales” y orquestar “un complot internacional” contra Venezuela; acusar al gobernador del estado Miranda de echarle los malandros a la calle. Además asegurar que la violencia que reina en el país es “importada, con dólares de los paracos”; a personajes como el “Hombre Araña” que según, son parte de una “fábrica de antivalores” que fomenta la violencia entre los jóvenes; entre otros señalamientos y acusaciones que diversos voceros del gobierno utilizan como potes de humo para mantenernos ocupados meses tras meses a lo largo de todos estos años de gobierno revolucionario y “socialista de siglo XXI”, mientras el país lo conducen ciertamente por mal camino, sin asumir su propio fracaso.
Dejar que se intensifique la violencia y los índices de inseguridad personal urbana, a fin de que el pueblo sea el demandante de planes de seguridad y decisiones políticas en perjuicio de la libertad de los ciudadanos. O también crear una “guerra económica” para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos que cada día son más precarios en Venezuela.
DC / Freddy Paz / Diputado del CLEZ / @freddyspaz