Carl Lewis tenía una gran ilusión: ganar una medalla olímpica en la Unión Soviética. En plena época de la guerra fría, demostrarle en su casa a los deportistas de la URSS que un estadounidense podía vencerlos era realmente emocionante, así, se preparó al máximo durante 1978 y 1979, logró todas las marcas y estaba listo.
Tristemente, cuando faltaban unos meses para que los Juegos Olímpicos de Moscú se llevaran a cabo, el gobierno del presidente Jimmy Carter decidió que en protesta por la invasión soviética a Afganistán, Estados Unidos encabezaría un boicot y sus atletas no participarían en la justa olímpica. Hubo protestas, pero el mandatario amenazó con retirar el pasaporte si algún deportista se atrevía a participar como independiente.
Así, con la desilusión a cuestas, Carl Lewis tuvo que resignarse. No ganaría una medalla en tierras soviéticas. La única buena noticia era que cuatro años después podría lograr su ilusión en casa. En Los Angeles, en la pista del Memorial Coliseum, donde se llevarían a cabo los siguientes Juegos Olímpicos.
Su preparación fue tremenda. Tenía el objetivo claro: ganar medalla de oro en todas y cada una de las pruebas en las que competía y así, el 11 de agosto de 1984 lograba la gran hazaña ante sus compatriotas que lo apoyaron al máximo y lo convirtieron en el rey de los Juegos Olímpicos celebrados en la gran ciudad californiana.
Lewis, el hijo del viento, logró medallas de oro en los 100 y 200 metros libres, en los relevos de 4 x 100 y en la prueba que era su favorita: el salto de longitud. Cuatro medallas de oro para el originario de Birmingham, Alabama con las que igualaba a Jesse Owens, el mismo que en 1936 frente a Adolfo Hitler había logrado dicha hazaña.
Cuatro años más tarde en Seúl, Corea del Sur, sucumbía en los 100 metros ante Ben Johnson, pero el canadiense resultó positivo en el examen antidoping, por lo que la medalla de oro le correspondió debido a la descalificación.
El 11 de agosto de 1984 quedará marcado en la historia de Carl Lewis y en general de la historia olímpica, ese día, el ‘Hijo del viento’, tomó su lugar en el Olimpo.
DC | FOX