“Mi hermana acaba de tener un bebé y se le presentaron problemas de salud que le impidieron amamantarlo. Toda la familia se movilizó porque no se consiguen las fórmulas lácteas para recién nacido. Para atender la emergencia, una amiga, solidaria con la familia, se ofreció a amamantar a mi sobrino, mientras conseguíamos la fórmula. De no haber sido por eso, quién sabe qué hubiera pasado. Apelamos a los bachaqueros para comprar el sustituto”.
Las palabras de esta ciudadana dejan claro los valores de solidaridad que surgen en el país, en medio de una terrible escasez de productos esenciales y una inflación disparada. El difícil entorno venezolano ha sido descrito por la ONG International Crisis Group, en su más reciente informe, titulado “Venezuela: un desastre evitable”, en el cual se advierte que podríamos atravesar una grave crisis humanitaria, de no tomarse los correctivos.
El panorama actual
“Algunos economistas pronostican un súbito colapso del consumo y hambre generalizada, pero la mayoría de los especialistas dicen que el país no está al borde de la hambruna. Una consecuencia probable es la desnutrición crónica, cuyos efectos ya se vislumbran en algunas encuestas. El colapso en el sistema de salud, no obstante, puede tener efectos perniciosos a corto plazo, incluida la propagación descontrolada de enfermedades contagiosas y miles de muertes evitables. (…) Los riesgos potenciales incluyen la migración económica y política a gran escala, la propagación de enfermedades y la proliferación del crimen organizado” destaca el referido informe, divulgado el 30 de julio pasado.
“Tras muchos años en los que el crimen violento fue la principal preocupación de los votantes, el desabastecimiento y el costo de la vida es ahora el tema prioritario. Esto no se debe a un descenso en el crimen –la situación es peor que nunca- sino a que la gran mayoría de los venezolanos les resulta imposible obtener suficientes alimentos o garantizar su salud. El descontento se ha extendido más allá de la oposición”, refiere el documento.
1ra Clave: Taparnos hasta donde alcance la cobija
En el programa del periodista César Miguel Rondón, transmitido este martes por la emisora Unión Radio, intervinieron Rosa María Rey, especialista en micro finanzas y profesora del IESA; así como el psiquiatra Manuel Ortega Sánchez, quienes brindaron recomendaciones a los ciudadanos afectados por la agobiante crisis.
Para la especialista en Finanzas Personales, la situación actual requiere que los ciudadanos tomen consciencia de que el problema no se soluciona en el cortísimo plazo: “Creo que de alguna manera, nos parece que si aguantamos un poquito más, pues en algún momento esto termina. Si por ejemplo, el dinero no me llega y yo sigo financiando con la tarjeta de crédito, pues aguanto hasta mañana a las cuatro de la tarde, cuando la situación va a acabar. Pero hay que dejar claro que la situación mañana no termina, que nos queda un rato más, no sé cuánto, este año, el año que viene probablemente y creo que debemos cambiar conductas, tener muy claro dónde estamos parados”.
Cambiar conductas se podría graficar con el siguiente ejemplo, señaló Rey: “Tradicionalmente, un matrimonio con niños toma los fines de semana para descansar. Entonces, usualmente, un domingo, ¿qué se hacía? Bueno, vamos a comer afuera y luego vamos al cine. En este momento, o la una o la otra. Si voy a comer afuera, no vamos al cine. De hecho, ir al cine, en estos momentos, para dos personas, puede costar tranquilamente dos mil bolívares, que al sueldo mínimo es una semana de trabajo. Eso implica que hay que fijar prioridades. La primera recomendación que doy es que se sienten en la familia a establecer qué es importante qué no lo es”.
2da Clave: Seguir estrategia de conservación
“Cuando hay problemas financieros en las familias, en las empresas y en los países, se revientan problemas que de alguna manera el dinero había tapado antes. Por ejemplo, si tengo una pareja con la que estoy más o menos confortable, pues nada, ir a comer tres veces a la semana a la calle, y los fines de semana ir a algún lado y viajar tres veces al año a algún otro lado, hace que si no me siento tan confortable, tampoco me molesta. En este momento hay que escoger… ajá, el domingo no vamos a comer afuera, pues vamos al cine con la familia. La primera pregunta que vamos a hacer uno de los dos, es: ‘tú trabajas y yo trabajo y voy a trabajar toda la semana para el sábado en la mañana hacer el circuito de los supermercados y ¿quién va a cocinar?, ¿cocinas tú o cocino yo?’. Si la señora de servicio de repente iba dos veces por semana a la casa y ahora eso subió y no lo puedo pagar: ‘¿Y los baños, quién los limpia…?’ Todos esos problemas revientan”, destacó Rey.
“A partir de ahora, sí tenemos que adoptar una estrategia de conservación. Por ejemplo, si alguien tiene un tratamiento médico, si quiere seguir vivo, tiene que comprar las medicinas. Si tiene niños pequeños, tiene que tratar de darle la mejor alimentación posible”, precisó la especialista en microfinanzas, quien, además, sugirió a los ciudadanos apelar a vender los enseres que ya no necesite en el mercado secundario, emulando las ventas de garaje aplicadas en otras latitudes.
3ra Clave: Aferrarse a los valores
“El que no tiene flexibilidad ni optimismo, ante los cambios naturales de la vida, está en menor capacidad para superarlos. El tema es que los cambios, en ocasiones, desde el punto de vista psicológico, se transforman en crisis y eso es otra cosa. ¿Qué es una crisis para cualquiera de nosotros? Una circunstancia vital en la cual nosotros sentimos que no tenemos las herramientas para enfrentarla. El problema es mayor que mi capacidad, por lo tanto, la respuesta es sentirme abrumado, desesperanzado, ante esa situación que me toca vivir. Nosotros tenemos un país donde cada día somos más pobres, la gente que trabaja honradamente, con contadas excepciones, nos hemos empobrecido”, señaló el psiquiatra Manuel Ortega Sánchez.
Ante esa situación, el médico aconsejó, primero: “Ser consecuente con los valores. En los momentos difíciles de la vida, lo primero de lo que uno tiene que agarrarse es de esa estructura y esqueleto fundamental. Cada quien tiene los suyos: honestidad, generosidad, capacidad de estar en contacto con los otros, solidaridad, educación, etc. Esa es una de las cosas fundamentales en momentos de crisis que se tiende a perder, porque la tendencia es a mimetizarse con todo el desbarajuste que existe”.
4ta Clave: Ir en defensa de los Derechos, en medio de tres caminos
En medio de esta crisis, Sánchez recomienda, además, ir en la defensa de los Derechos: “Es la defensa del ideal que uno tiene de vida, la defensa de lo que uno cree que debe ser el ambiente de uno y de su familia. Significa vivienda, una educación adecuada, la posibilidad de tener la capacidad de decir lo que uno quiere, con respeto, pero con libertad”.
“El tema es que la respuesta es variable. ¿Qué hace una persona cuando está sometida a una situación crítica? Tiene tres caminos. El primero es la huida: huyo, el problema es mayor de lo que yo soy capaz de enfrentar y en esa huida busco una posibilidad de vida digna, de darle a mi familia cosas nuevas y mejores. Y eso es válido y valioso, para muchísima gente. Irme del país es un camino y en ese irme del país, mucha gente se lleva dentro de sí la nostalgia de lo que tiene, se va a construir vida para su familia, y en muchas ocasiones va a tratar de defender lo que deja acá, esta cohorte de padres y abuelos huérfanos que tenemos en este país”, destacó el psiquiatra.
“La segunda posibilidad es la parálisis. El velero en la tormenta, la situación es tan terrible que yo lo que tengo que hacer es sobrevivir. Bajar velas y esperar un mejor momento. Amarrarse al mástil y allí es donde la jerarquización tiene un sentido. En este momento, tengo que decidir cuáles son mis cosas fundamentales. Es un tema personal, es un tema familiar, que se transforma en un tema social”, añadió Ortega Sánchez.
“La tercera situación es la lucha. Es poder enfrentar el tema. Y en ese sentido, en el país tenemos ejemplos extraordinarios. Hay casos absolutamente admirables de lo que es la posibilidad de luchar, de enfrentar la adversidad, de hacer lo que uno puede con las herramientas que uno tiene. Por ejemplo, yo trabajo en el Hospital Universitario de Caracas. Allí la gente trabaja con las uñas y trabaja todavía con pasión. Esas son las alternativas, todas válidas, y todas en ocasiones cambiantes, pues lo que en algún momento es parálisis, en otro momento es lucha”, dijo el médico psiquiatra.
5ta Clave: A pesar del momento, buscar lo bello de la vida
“¿Cuál es el momento psicológico en el cual estamos? Nosotros estamos en una balanza de desesperanza-miedo. ¿Y cómo sale uno de eso? ¿Cómo salgo de la desesperanza? ¿Qué herramientas puedo tener yo para no sentirme tan abrumado? Dos cosas, una: disminuir la crítica y reconocer los valores de la gente y de las cosas que uno tiene. Porque nos ponemos críticos y entonces todo es malo. Pero hay cosas extraordinarias al lado uno; les puedo contar sobre mi Hospital, el área del deporte, están miles de periodistas que se juegan la vida; hay cosas extraordinarias, gente humilde, honesta, trabajadora. El tema es valorar, más que criticar, y hacer lo que uno puede, cada quien en su camino”, indicó el médico.
“¿Y cómo sale uno del miedo? Por dos mecanismos, o por la situación biológica, primitiva, de los animales, que cuando estamos acorralados llega un momento en que no tenemos más opción que una huida hacia adelante; o luchar con cabeza, con tu inteligencia, por tu integridad, que es apegarse a los valores que uno tiene y luchar por las cosas que uno cree. Rescatar la sensatez. Eso es lo que a uno le da esperanza en el país. Si sabes que hay mucha gente que funciona en este nivel de crisis, entiendes que en lo que las cosas se mejoren, así como la economía va a mejorar, muchísimas personas van a retomar una manera más adulta de funcionamiento”, comentó Ortega Sánchez.
“En momentos de crisis hay que cuidar, preservar, rescatar, desarrollar las cosas ricas y sabrosas de la vida. Si uno se mete en la espiral de desesperanza y de amargura, el resultado es catastrófico. Entones hay que cuidar los momentos de placer, las relaciones sabrosas, las cosas que nos gustan, porque son un antídoto contra las enfermedades, la depresión, etc. Mantener una red de apoyo social, ayuda enormemente. Conservar la esperanza, el entender que estamos en momentos muy difíciles, pero que tendremos momentos mejores”, acotó el psiquiatra.
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