Siempre es un buen momento para llevar un estilo de vida saludable. Ya sea que por determinación se adquieran algunos hábitos positivos, o porque la edad o la visita al médico prendan algunas alarmas que ayuden a tomar la decisión de cambiar esos comportamientos o hábitos que no ayudan a tener una vida alejada del estrés.
Frecuentemente se escucha decir que “los 30 son los nuevos 20” y que “los 40 son los nuevos 30”, y así sucesivamente. Que la mente y el espíritu se mantengan cada vez más jóvenes no significa que el cuerpo no envejezca.
Todo lo contrario. Por eso, cuanto más temprano se adopten hábitos y comportamientos saludables mejor. Y si aún no sucede, hoy es un buen momento para empezar.
Alimentación sana
La primera cosa que se debe tener en cuenta y que no representa un cambio demasiado drástico es la alimentación. Alimentarse bien y sanamente no significa dejar de comer, todo lo contrario, alimentarse bien implica reemplazar algunos alimentos y cambiar la preparación de otros.
Se recomienda agregar a la dieta diaria frutas y verduras, granos enteros y fibra. Las proteínas como las carnes y los huevos no deben salir de una buena dieta; sin embargo, se deben preparar con poca grasa y es recomendable aumentar el consumo de carnes blancas y magras como el pollo y el pescado.
Adicionalmente, tomar dos litros de agua al día ayuda a mantener el cuerpo hidratado con lo cual se disminuyen las ganas de consumir bebidas azucaradas y con cafeína. El agua hidrata y limpia el organismo; a corto plazo sus beneficios son notorios.
Y con respecto al alcohol, la recomendación es no excederse. Una copa de vino con la comida, una cerveza para relajarse con los amigos después del trabajo o incluso un vaso de whisky pueden llegar a tener beneficios para la salud, sin embargo se deben consumir con moderación.
Una rutina de ejercicios
30 minutos diarios de actividad física ayudan a mantener el peso controlado y además resultan muy beneficiosos para el estado de salud. El ejercicio previene los problemas del corazón y además libera el estrés.
Trotar, montar en bicicleta, hacer estiramientos, flexiones, abdominales o incluso caminar, son actividades que ayudan a tener un estado físico saludable sin necesidad de hacer demasiado esfuerzo.
No obstante, si la intención es tener una figura tonificada es recomendable ir a un gimnasio y recibir las instrucciones necesarias para desarrollar muy bien los ejercicios.
Sueño de calidad y tiempo libre
Dormir entre siete y nueve horas diarias ayuda a mantener el cuerpo y la mente saludables, evita el estrés y ayuda a las personas a mantener una mentalidad positiva.
Es muy importante tener una agenda que permita tener un balance entre la parte laboral, la familia y los amigos. De hecho, en las últimas semanas ha sido noticia un estudio de la Universidad de Oxford que sostiene que los hombres deben salir con sus amigos dos veces por semana para mantener su salud.
Al margen de que el estudio haya sido contratado por la marca de cerveza Guinness, esta investigación sostiene que la relación de amigos varones tiene lazos muy fuertes, y que estos se junten dos veces a la semana a hacer cualquier actividad, no necesariamente tomar cerveza, es un momento para que sientan que pueden ser ellos mismos sin ningún tipo de prejuicio social.
Alejarse del cigarrillo
La dependencia de la nicotina trae serios problemas de salud en el corto y el largo plazo. Mancha los dientes, afecta el sueño, disminuye la capacidad pulmonar y además es la principal causa de enfermedades que pueden llegar a ser mortales como el cáncer. Aumenta el riesgo de infarto y reduce la fertilidad.
Visitas al médico regularmente
Aunque mantener hábitos saludables representa muchos beneficios, esto no significa dejar de ir al a médico para realizar chequeos de rutina. Encontrar a tiempo alguna anomalía o condición que deba ser tratada reduce los riesgos y puede ayudar a encontrar un tratamiento adecuado.
Se recomienda chequear la presión arterial al menos una vez cada dos años y revisar los niveles de azúcar y colesterol por lo menos una vez al año. Estos exámenes ayudan a prevenir enfermedades, así que realizarlos de manera frecuente puede disminuir considerablemente los riesgos de infartos cardíacos o accidentes cerebrovasculares.
DC|Agencias