Las muertes tuvieron lugar durante los encierros en las calles en fiestas populares, las cuales se celebran todos los años durante la época de verano. Se trata de un número inusual para tan breve periodo de tiempo.
Entre los muertos, se encontraba un concejal de 36 años, quien sufrió una cornada en Peñafiel, Valladolid. Además, un joven de 18 murió en la localidad de Lerin, Navarra, tras recibir una cornada en el estómago.
Otro hombre de 32 años falleció en Museros, Valencia, durante el bou al carrer, una fiesta popular que se organiza con motivo de las fiestas mayores. El resto de las muertes se produjeron en las regiones de Murcia, Toledo, Castellón y Alicante.
El año pasado, más de 7 mil toros y novillos (terneros castrados) murieron en plazas de toros en el país, según informó El Diario de España.
Cada año, se celebran en España cerca de 2 mil corridas de toros, aunque este número está en descenso.
En 2010, Cataluña se convirtió en la segunda región, después de las Islas Canarias, en prohibir la tradición.
Hay muchos que se oponen a esta práctica y la consideran un acto barbárico.
Sin embargo, las corridas de toros cuentan con muchos defensores en España, incluido el primer ministro, Mariano Rajoy.
Una ley española de 2013 defiende las corridas como parte de la herencia cultural del país y establece que es responsabilidad del Estado «preservarlas y promoverlas».
De acuerdo con el experto económico español Juan Medina, de la Universidad de Extremadura, las corridas de toros generaron más de 280 millones de euros, de los cuales 59 millones de euros fueron ingresos obtenidos por impuestos.