Se dice con frecuencia, y con toda razón dermatológica, que el protector solar debe ser escogido, para su uso, de acuerdo con el tipo de piel. Así lo apunta Belkis Reyes, especialista en dermocosmética y lo respalda Ana Rita Rosales, representante en Venezuela de una firma cosmética de lujo.
Ese es un principio impostergable para quien pretenda tener una piel saludable y no sufrir los efectos a corto y largo plazo de exponerse al sol. Sin embargo, cuando se trata de niños de hasta seis meses, es decir, los bebés, el asunto cambia.
Al respecto, voces citadas por organismos de salud internacionales como la de la doctora Hari Cheryl Sachs, pediatra de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), dicen lo siguiente: «La mejor estrategia es mantener a los bebés menores de 6 meses alejados del sol«.
Se tiene como verdad médica que es mejor evitar los horarios de exposición entre 10:00 de la mañana y 2:00 de la tarde. La razón es que durante esas horas son más intensos los rayos ultravioletas, principal causa de enfermedad (muchas veces, cáncer) de la piel.
Aunque son aconsejables los protectores solares para adultos y niños, en el caso de los bebés de meses es más específica la elección. A veces, hasta improcedente su uso.
Como se sabe, la piel de los bebés es mucho más fina que la de los adultos, y esto provoca que el efecto de los químicos de los protectores solares los impacte más y genere, según la experta Sachs, reacciones alérgicas e inflamaciones.
Entonces, ¿debe quedarse el bebé en casa mientras los adultos disfrutan de un día de playa?, podrían preguntarse muchos.
En esos casos, la Academia Americana de Pediatría (AAP) sugiere, en el portal MedlinePlus, «vestir a los bebés con pantalones largos livianos, camisas de manga larga y sombreros –no gorras de beisbol- con bordes que hagan sombra en el cuello para evitar las quemaduras del sol».
Ana Rita Rosales indica que, además de esas recomendaciones, eluso de un protector solar, solo probado previamente en los bebés, puede calmar la ansiedad de los mayores cuando exponen a sus pequeños.
Eso sí, una consulta médica dermatológica, indica Rosales, es siempre un aval para lamentar males mayores.
Cabe recordar que el calor de playa puede provocar deshidratación, más aún en los bebés, por lo cual se hace imprescindible no descuidar sus alimentos como la leche materna o algún sustituto. «Los beneficios del agua no son desestimables para las personas, independientemente de la edad», opina Belkis Reyes.
7 consejos puntuales
Mantenga a su bebé en la sombra la mayor cantidad de tiempo posible.
Si el bebé tiene meses de nacido, evite usar protector solar. Si se ve forzado al uso, entonces acate las recomendaciones del dermatólogo.
Asegúrese de vestir a su hijo con ropa que cubra y proteja su piel sensible.
Prefiera los sombreros grandes y no las gorras, pues estas últimas dejan al descubierto las orejas y el cuello del pequeñito.
Si observa que el niño está intranquilo es momento de advertir que algo le está molestando. Puede ser deshidratación o lasensación de estar quemándose.
Incluya el agua dentro de los líquidos que el bebé debe consumir.
Nunca olvide que la piel del bebé no tiene la capacidad de resistencia que la de un niño, un joven o un adulto. De manera que es vulnerable a los efectos del sol.
DC\Estampas