Del 2 de febrero de 1999, fecha en la que Hugo Chávez asumió la Presidencia de la República de Venezuela al día de hoy, han transcurrido 26 años, 6 meses y 5 días, lo que significa que el proyecto encarnado y liderado por él, lleva más de tres quinquenios en el poder o lo que es lo mismo, que el País bajo el manto de la Constitución de 1962, hubiese visto pasar por el palacio de Miraflores a 4 Presidentes democráticos y constitucionales; pero con la llegada de este desnaturalizado y golpista personaje, que fracasó en su intento de tomar el poder por las armas en 1992, por falta de coraje, como bien lo expresó el Presidente Carlos Andrés Pérez en su entrevista del 13 de agosto de 1998 para una televisora Colombiana, nuestro desmemoriado País ha visto y padecido todo tipo de prácticas inútiles y onerosas, que sólo han servido para cundir a la Nación de demagogias y ofertas engañosas, que al ritmo que van, terminarán por quebrar definitivamente la República.
Las interrogantes que tenemos que hacernos, encontrarán respuestas en la conciencia colectiva de una sociedad que no termina de entender, cuales han sido los beneficios que hemos obtenido los venezolanos con haberle cambiado el nombre a Venezuela, colocarle una octava estrella al pabellón nacional, poner a girar el caballo a la izquierda en el escudo, cambiar la hora. Y la denominación de la moneda, modificar los nombres de los ministerios con el remoquete de poder popular, llevar de 15 despachos ministeriales a 33, de 15 viceministros a 109 y la creación por decretos de cientos de organismos, fundaciones, empresas del estado, institutos autónomos y tanta burocracia ineficiente y corrupta. La respuesta es una sola, ningún beneficio, pero sí un gigantesco y desproporcionado desangramiento, de la más grande bonanza petrolera y fiscal que haya tenido el País en toda su historia, que de no haber sido por este accidente histórico que aún padecemos, la Venezuela civilista y democrática, exhibiera un rostro diametralmente distinto, al de terror, corrupción, desabastecimiento, persecución, violación de los derechos humanos y abuso indiscriminado de poder, que azota a la nación entoda su geografía. Pero esto no es raro que ocurra, porque cuando los pueblos pierden su memoria histórica, son presa fácil de incurrir en los peores despropósitos y cuando son alimentados por el resentimiento y el odio, como el que privó a comienzos de los años 90, cuando los dueños de las grandes corporaciones nacionales se prestaron para satanizar la obra de la democracia, los mesías vengadores surgen, tal como surgió Hugo Chávez, al recibir todo el respaldo, hasta de la hoy cerrada RCTV, que a través de sus dueños y gerentes, se encargaron del endiosamiento del personaje, que meses antes había intentado a sangre y fuego hacerse del poder el fatídico 4 de febrero de 1992.
Retomando el tema de hoy, es menester la recuperación de la memoria, porque la llegada del Atila de Sabaneta y sus herederos al gobierno, ha servido para destruir todo lo construido con tanto esfuerzo y sacrificio de hombres y mujeres de este pueblo y sobre los escombros y desechos en lo que han convertido nuestros hospitales, universidades, carreteras, fincas, granjas, industrias, puentes, fabricas etc., etc., han colocado proyectos e ilusiones fracasadas como el eje Orinoco Apure, que al final nadie supo de que se trataba, el gasoducto del sur, que llegaría surtiendo de gas hasta la Patagonia mientras en nuestros pueblos la gente humilde se enfrenta por una bombona unifamiliar. Centrales azucareros que lo menos que producen es azúcar, torrefactoras de café sin café, cementeras sin cemento, red ferrocarrileras sin ferrocarriles, ciudades socialistas inexistentes, CDR y CDI desmantelados y abandonados y los planes de barrio adentro I, II y III más del 70% inoperantes, complejo criogénico de occidente en promesas, como continuarán prometiendo Maduro y su combo destructor, ahora que nos aprestamos a participar en las elecciones parlamentarias del próximo6 de diciembre, para darle una lección de conciencia a estos vendedores de mentiras y fracasos.
«Quienes defienden el derecho a la vida de asesinos, avalan la pena de muerte de ciudadanos inocentes» PSB.
DC / Lic. Pedro Segundo Blanco / Ex parlamentario del estado Sucre / Petersecond1@hotmail.com / @pedrosegundoABP