El huido narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán logró hacer llegar a EE.UU. toneladas de droga con submarinos, veleros e, incluso, a través de túneles cavados bajo la frontera con México, según documentos de tribunales estadounidenses a los que accedió Efe.
Según coinciden los documentos judiciales, los miles de kilogramos de marihuana, cocaína, metanfetaminas y heroína que “El Chapo” hacía llegar a EE.UU. desde México procedían de países centroamericanos y sudamericanos, como Venezuela , Colombia, Ecuador, Perú, Panamá, Costa Rica, Honduras y Guatemala.
El que fuese enemigo público número uno para EE.UU. tras la muerte de Osama Bin Laden escapó hace un mes de una cárcel de máxima seguridad mexicana y desde entonces el Gobierno del presidente Barack Obama ha manifestado en varias ocasiones su interés en juzgarlo si es apresado.
Con miles de muertes a sus espaldas, el jefe del cartel de Sinaloa es un viejo conocido de las autoridades estadounidenses.
En septiembre de 1995 presentaron cargos por primera vez contra él y otros 22 individuos, a los que acusaron de lavado de dinero y de conspirar para transportar ocho toneladas de cocaína.
El tribunal ante el que el Gobierno de EE.UU. interpuso esta primera acusación fue la Corte del Distrito Sur de California, cerca de San Diego, donde tienen cuentas pendientes con la Justicia “El Chapo”, su hijo Iván Archivaldo Guzmán Salazar, apodado “El Chapito”, y otro de los líderes del cartel de Sinaloa, Ismael “Mayo” Zambada.
“Miembros de la organización de Guzmán construyeron un túnel de aproximadamente 20 metros de profundidad, que comenzaba en México y se extendía aproximadamente medio kilómetro a través de la frontera para acabar en Otay Mesa, California”, recoge el escrito de acusación de esta corte.
Precisamente, “El Chapo”, apodado por algunos como el “Señor de los Suelos”, en contraposición al “Señor de los Cielos”, otro capo mexicano, se escapó el pasado 11 de julio a través de un túnel de 1,5 kilómetros desde la zona de las duchas del penal Altiplano I, en el estado de México (centro del país), donde se encontraba recluido, hasta una casa a medio construir fuera de la cárcel.
Fue su segunda fuga de un penal de máxima seguridad en México, pues en 2001 escapó de Puente Grande y no fue capturado hasta 2014.
Otros tribunales estadounidenses, como la Corte del Distrito Este de Illinois, detallan que para transportar la droga los miembros del cartel de Sinaloa también usaban aviones de carga, ferrocarriles, coches, buques, botes de pesca, submarinos, lanchas, autobuses, remolques de tractores y camiones de transportistas internacionales.
En una ocasión, los narcotraficantes ocultaron en 1.400 cajas de latas de pimientos jalapeños cientos de kilos de cocaína que trataron de hacer pasar sin éxito a través de la frontera, según el escrito interpuesto por la Fiscalía ante la Corte de San Diego.
Para mover la droga a través del continente, los narcotraficantes utilizaban almacenes construidos en ciudades fronterizas, como la mexicana Tijuana, y luego transportaban poco a poco la droga a otros cobertizos en EE.UU., que servían de escondrijo hasta el momento de la venta, según el escrito de la corte californiana.
De esta forma, el cartel de Sinaloa conseguía distribuir gran cantidad de estupefacientes en Nueva York, Los Ángeles, Detroit, Filadelfia o Chicago, ciudad esta última que considera a “El Chapo” su “enemigo público número uno” por la cantidad de droga que ha vendido allí.
Según destaca un escrito de la Corte del Distrito Este de Nueva York, para fortalecer su imperio, “El Chapo” y “El Mayo” formaron una fuerte alianza en la década de los 90 con el clan Beltrán Leyva, en concreto con Arturo y Héctor Beltrán Leyva, el primero fallecido en diciembre de 2009 y el segundo capturado en octubre de 2014.
Además de aliarse con otros narcos, “El Chapo” se valía de una “red de policía corrupta y contactos políticos” y “sicarios”, encargados de perpetrar asesinatos, secuestros o torturas para cobrar las cuentas pendientes de la droga, detalla el escrito de acusación del juzgado neoyorquino.
Los narcotraficantes utilizaban una “violencia extrema” y no dudaban en exhibir públicamente los cuerpos de las víctimas o colgar pancartas con advertencias escritas, conocidas como “narcomantas”, destaca un escrito de una corte de El Paso (Texas), ciudad fronteriza con la mexicana Ciudad Juárez.
El perfil de “El Chapo” es tan notorio en Estados Unidos que las autoridades han ofrecido por información que llevé a su captura una recompensa de 5 millones de dólares, que se suma a los 60 millones de pesos (unos 3,8 millones de dólares) del Gobierno mexicano.
La Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA) lo incluyó el 16 de julio en su lista de fugitivos y su director, Chuck Rosenberg, dijo a Efe la semana pasada que, tras su fuga, “El Chapo” podría haber encontrado escondite en Sinaloa, su tierra natal, entre su familia y otros narcotraficantes.
DC | EFE