Un bebé palestino murió quemado vivo y sus padres resultaron heridos graves cuando unos colonos israelíes prendieron fuego a su casa en la Cisjordania ocupada, un ataque calificado de «terrorista» por Israel.
Este calificativo bastante inusual en estos casos y las condenas unánimes de los dirigentes israelíes, empezando por el primer ministro Benjamin Netanyahu, no han convencido a los palestinos, que responsabilizan al gobierno de la muerte del bebé, por las «décadas de impunidad (…) ante el terrorismo de los colonos».
El presidente palestino, Mahmud Abas, anunció que el Estado hebreo deberá responder de este nuevo «crimen de guerra» ante la Corte Penal Internacional (CPI). «Preparamos inmediatamente el dossier que será sometido a la CPI».
En un gesto poco habitual, Netanyahu llamó a Abas en una conversación en la que expresó que hay que ambos tienen que luchar juntos contra el «terrorismo», sin importar de qué lado venga.
«Todo el mundo en Israel está conmocionado por este acto terrorista condenable que golpeó a la familia Dawabcheh», afirmó Netanyahu, quien visitó en el hospital de Tel Aviv a la familia del menor muerto.
Cientos de palestinos comenzaron a manifestarse en Ramala, en Cisjordania, y en Gaza a la salida de las mezquitas. Miles de personas desfilaron por la aldea de Duma durante el funeral del bebé Ali Dawabcheh, de año y medio. Una bandera palestina envolvía su cuerpo.
Según responsables de seguridad israelíes y palestinos, en la madrugada del viernes unos colonos lanzaron cócteles molotov a dos casas de Duma, cerca de Naplusa, en el norte de Cisjordania, a través de las ventanas, que estaban abiertas debido a las altas temperaturas.
Antes de huir, dibujaron una estrella de David en los muros y escribieron «el precio a pagar» y «venganza», dos días después de la demolición por las fuerzas israelíes de dos casas en obras en un asentamiento cercano a Ramala.
El bebé fue quemado vivo. Su madre Eham, de 26 años, su padre Saad y su hermano Ahmed, de cuatro años, resultaron heridos y transportados a un hospital israelí. También sufrió lesiones una niña, según varias fuentes, que fue ingresada.
La madre, con quemaduras de tercer grado en el 90% de su cuerpo, el padre, en el 80% del cuerpo, y Ahmed en el 60%, se encuentran «en peligro de muerte», según los médicos israelíes.
Detener y juzgar a ‘los asesinos’
Desde hace años, activistas de extrema derecha israelí o colonos cometen agresiones o actos vandálicos en Israel y en los territorios palestinos. Sus objetivos son los palestinos, los árabes israelíes, los lugares de culto musulmanes y cristianos, e incluso los soldados israelíes. La mayoría de sus tropelías han quedado impunes.
«Es un acto terrorista en todos los sentidos», denunció Netanyahu. Su ministro de Defensa utilizó el término de «terroristas judíos» para referirse a los autores.
Netanyahu ordenó a «las fuerzas de seguridad el uso de todos los medios a su disposición para detener a los asesinos y llevarlos ante la justicia», según un comunicado oficial.
Pero Saeb Erakat, número dos de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), estimó que «no se puede disociar este ataque bárbaro» de un «gobierno que representa una coalición para la colonización y el apartheid».
Para Hamas, que controla la Franja de Gaza, prometió una respuesta «proporcional a la gravedad del crimen» y dijo los hechos «hacen que sea legítimo cualquier ataque contra los soldados de ocupación y los asentamientos».
La policía en alerta
Yaariv Oppenheimer, dirigente de Paz Ahora, una ONG israelí opuesta a la colonización de los territorios palestinos, asegura que este tipo de «agresiones por parte de los colonos se han convertido en una verdadera epidemia». En la radio israelí, denunció «la indulgencia del gobierno con la violencia antipalestina y los discursos de odio».
Las oenegés de defensa de los derechos humanos lo corroboran. En mayo, la organización israelí Yesh Din estimó que el 85,3% de las denuncias de los palestinos por ataques de colonos quedaban archivadas.
En previsión de manifestaciones, la policía israelí se ha desplegado masivamente en el casco antiguo de Jerusalén, sobre todo en los alrededores de la Explanada de las Mezquitas, cuyo acceso está prohibido a los hombres menores de 50 años.
El enviado especial de la ONU en Oriente Medio, Nickolay Mladenov, afirmó estar «indignado» con este ataque, que Jordania condenó como «un crimen abyecto que pudo haberse evitado». La Unión Europea pidió por su parte «tolerancia cero con la violencia de los colonos».
Fuente: DC|Agencias