La reciente visita del Papa Francisco a Cuba y los Estados Unidos dejó en claro lo que debe ser el líder moderno, aquel capaz de aceptar las debilidades del entorno que dirige y es ponerlas de ejemplo para enviar mensajes directos a otros líderes con el objetivo de rectificar y buscar los puntos coincidentes que puedan lograr avanzar en esfuerzos colectivos. En la Catedral de San Patricio en Nueva York el Papa dijo: “Lamento la vergüenza provocada por tantos hermanos que han herido y escandalizado a la iglesia en sus hijos indefensos…La unión de religiones representa las ganas de compartir, de confirmar el deseo de ser fuerzas de reconciliación, paz y justicia». En este contexto, me permito citar frases de líderes mundiales que jamás sacrificaron sus ideales por libertades personales y tampoco huyeron de sus adversarios, entre ellos, Nelson Mandela, quien aseveró: “Los verdaderos líderes deben estar dispuestos a sacrificarlo todo por la libertad de su pueblo”; Mahatma Gandhi dijo: “Un error no se convierte en verdad por el hecho de que todo el mundo crea en él”; Malcom X dijo “Con una hábil manipulación de la prensa, pueden hacer que la víctima parezca un criminal y el criminal, la víctima”; Luther King expresó: “Sostengo que quien infringe una ley porque su conciencia la considera injusta, y acepta voluntariamente una pena de prisión, a fin de que se levante la conciencia social contra esa injusticia, hace gala, en realidad, de un respeto superior por el derecho”.
En Venezuela muchos líderes políticos fueron apresados en las dictaduras de Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez, otros fueron víctimas de grupos anárquicos en la era post puntofijismo, los autores del golpe de Estado de febrero de 1992, Hugo Chávez, Francisco Arias Cárdenas, Yoel Acosta, Jesús Urdaneta, entre otros, fueron encarcelados y no huyeron como tampoco lo hicieron dirigentes en la era del chavismo como Capriles Radonski, Leopoldo López, Antonio Ledezma, Richard Blanco, Enzo Scarano, Daniel Ceballos, José Sánchez “Mazuco”, Iván Simonovis, Raúl Baduel, María Lourdes Afiuni, Henry Vivas, entre otros dirigentes, militares, funcionarios públicos y estudiantes.
Cuando se asume la responsabilidad de ser dirigente y se logra tener liderazgo no se puede ser cobarde ante las luchas que se emprenden, porque dudo que un líder que asuma enfrentar a sus adversarios piense que su adversario se quedará quieto y no usará sus herramientas para defenderse. Estar tras las rejas o tener casa por cárcel es una situación muy difícil tanto para quien lo enfrenta como para sus familiares y amigos, pero quien no tenga la convicción de asumir sacrificios no debe asumir roles de confrontación ni heroísmo, para luego huir de sus responsabilidades.
La política en Venezuela se ha vuelto aburrida y repetitiva en donde se construyen mitos para hacer vivir liderazgos que han perdido vigencia en el tiempo. Las organizaciones políticas que no sean capaces de construir nuevos liderazgos, darle la oportunidad a la juventud, atraer a la sociedad civil, incluir una agenda de propuestas sobre temas de seguridad ciudadana, familia, protección animal, servicios públicos, calidad de vida, temas de mujer, juventud, salud, educación, cultura, ambiente, producción, economía, están condenados a desaparecer en el tiempo. Las elecciones presidenciales en Venezuela están sujetas a varios escenarios, renuncia presidencial, referéndum revocatorio del mandato, culminación del período Constitucional. Ese es el trono a alcanzar para muchos el cual tiene 6 aspirantes visibles por parte de los sectores aliados a la M.U.D, Leopoldo López, Henri Falcón, Henrique Capriles, Antonio Ledezma, María Corina Machado, Manuel Rosales; de ellos, dos están presos y uno en el exilio con anuncios noveleros de regreso. Por parte del P.S.U.V, Diosdado Cabello, Miguel Rodríguez Torres, Jorge Arreaza, Jorge Rodríguez, Adán Chávez, es la motivación esencial de algunos dirigentes de demostrar fuerzas en las elecciones del 6 de diciembre de 2015. Como expresó sabiamente George Bernard Shaw “A los políticos y los pañales hay que cambiarlos seguido… y por las mismas razones”. Ante la escasez de pañales en el país, por si acaso, el que dice que viene y en caso de atreverse a hacerlo, será motivado a que: ¿negoció con el gobierno?, ¿quiere ser presidente?, ¿su partido está en cuidados intensivos?, o ¿está huyendo de nuevo’; es oportuno que se traiga una buena cantidad de bultos de pañales.
Crear falsas expectativas es jugar con el hambre y las necesidades de un pueblo.
DC / S.H. Jesús Castillo Molleda / Profesor Universitario, Politólogo, Coach Político, Locutor / jcastillo@fundacionzuliaproductivo.com / @castillomolleda