Durante toda mi formación política mis maestros me enseñaron que el ejercicio de esta ciencia busca el bienestar colectivo y la solución de los problemas del ciudadano. Se trata de generar la mayor cantidad y calidad de bienestar posible. Hay muchos ejemplos de cómo la práctica política trae progreso económico y crecimiento humano a países que atravesaron tiempos difíciles y complejos.
Esa filosofía la apliqué desde mis primeras responsabilidades partidistas y las profundicé en el ejercicio de Gobierno en todos los cargos que ocupé, hasta llegar a la Gobernación del Zulia dónde a pesar de las dificultades económicas nos esforzamos por solucionar problemas, escuchar el reclamo y acompañar al pueblo en su dolor.
Lamentablemente otros creen en la política con dolor. Esa que toma decisiones que causan daños a amplios sectores empresariales. Esa que genera desmotivación, desesperanza y hasta miedo en la población. Esa que se basa en aferrarse al poder sin importar que estén desmantelando al país.
Desde sus inicios hace casi 17 años este Gobierno ha creído en la política de infringir dolor a quienes no se arrodillan. Comenzaron con el sector privado de la economía, a quienes han perseguido y acusado de traidores a la patria. Causando mucho dolor se apropiaron de empresas y otras propiedades y hoy vemos con dolor como todo lo expropiado está quebrado o en el suelo.
Luego comenzaron a hostigar a los medios de comunicación, causando dolor a periodistas, artistas y demás empleados. Causaron un dolor muy grande con el recordado cierre de Radio Caracas Televisión y luego aplicaron la misma receta a un conjunto de emisoras radiales. Recuerdo con tristeza el cese de las transmisiones de Zuliana 102.
Con sus fallidos planes contra la inseguridad han llenado de luto y dolor a miles de hogares venezolanos, porque anualmente mueren más de 20 mil personas a manos de la violencia desatada. Eso sin contar el dolor de las familias que han debido separarse, porque parte de sus miembros se va al exterior en búsqueda de paz y progreso.
Ahora el dolor es mayor con el cierre de la frontera. Bajo el pretexto de combatir el contrabando y la supuesta presencia de paramilitares, han deportado más de 2 mil colombianos, pero además provocaron que más de 20 mil hermanos del vecino país se aventuraran a cruzar por trochas o ríos para huir del plan xenofóbico que los intentó marcar como los nazis hicieron con los judíos en la II Guerra Mundial.
Pero además el conflicto fronterizo está causando un enorme dolor a los empresarios que ven como sus pérdidas se acumulan, porque tienen mercancía retenida del lado colombiano que no puede cruzar hacia Venezuela. Basta ya de ejercer la política del dolor.
La mejor medicina para estos males es votar el 6D. El Gobierno está en una situación desfavorable, pero sólo la participación masiva permitirá coronar un triunfo que nos lleve a implantar la política del progreso colectivo. No dejes de votar.
DC / Pablo Pérez Alvarez / Ex Gobernador del Zulia / @PabloPerezOf