Si pensabas que tu vida sería más fácil y maravillosa si vivieras en el mundo Disney, te equivocas. Te contamos por qué:
- No te cambias de ropa: Está bien que el conjunto sea bonito pero, ¿de verdad tienes que pasarte los días, o incluso años en los que transcurre la historia con el mismo vestido?
- Tienes que saber hablar “animal”: Olvídate del inglés, lo que se lleva es el idioma animal. Ya sabes, puede que lo necesites a diario para hablar con los pajarillos y ardillas que te ayudan a limpiar la casa.
- No te cortas el pelo: Da igual que te hayas enamorado del estilo pixie esta temporada. El mismo peinado todos los días.
- Hay bastantes probabilidades de que seas doncella por un tiempo: O peor, que vivas sola encerrada en una torre. Sin wi-fi.
- No tienes amigas: Y no, las mariposas no cuentan.
- Acepta la monogamia: Si quieres pertenecer al universo Disney, olvídate de Jamie Dornan ,y júrale felicidad y amor eterno a tu príncipe Disney.
- Siempre estás en líos: Siempre. Además, no te puedes valer por ti misma y tienen que venir a rescatarte.
- No tienes celular: Creo que no hace falta que te digamos por qué esto es un problema.
- Tu cara está en todas las sábanas y edredones: ¿Hay algo peor que miles de niñas durmiendo sobre ti?
- Tu padre suele ser bastante controlador: Y aunque tenga buen corazón, nunca te dejará salir con tu novio. En su lugar, te encerrará, castigará o te obligará a casarte con otro hombre.
- No tienes madre: Lo que tienes es una malvada madrastra que te explota día y noche y unas malvadas hermanastras que te ensucian el suelo segundos después de que lo hayas limpiado.
- No hay besos de verdad: Juntar los labios durante 3 minutos con tu príncipe sin un intento de movimiento, será lo máximo a lo que llegues. No te engañes: los hijos los trae la cigüeña.
- Su vestimenta: No tenías suficiente con tener que elegir un vestido para el resto de tu vida, que ahora encima tu novio parece recién salido del ballet del Lago de los Cisnes, con mallas y puntas incluidas, y no hay quien le haga cambiar de atuendo.
- Mejor que cantes bien: Si no, te pasarás toda tu vida desafinando y con mal tiempo. Aunque estés triste o cansada, siempre has de cantar.
- Tienes que confiar en los hombres: Y muchas veces, también en un hada madrina, una abuelita o similar. Puede que intenten robarte la voz, la juventud o tan solo quieran venganza. Tendrás que luchar por conseguir a tu amado y librarte de la bruja del cuento. Eso sí: una vez pasada la tormenta (porque siempre hay tormenta), hace un día magnífico para casarse, ser felices y comer perdices.
DC/COSM