9 de cada 10 mujeres sobreviven al cáncer de mama gracias a la detección temprana

Tocarse y hacerse una mamografía anual. Esos son dos actos simples y sin dolor que podrían salvar la vida de millones de mujeres en el mundo y miles en la Argentina, donde mueren 20 personas enfermas de cáncer de mama cada día, por no haberlo detectado a tiempo.

A esa conclusión llegaron los expertos consultados por LA NACION con motivo de celebrarse hoy el Día Mundial contra el Cáncer de Mama.

«Según datos de la Organización Mundial de la Salud, una de cada ocho mujeres desarrollará cáncer de mama en algún momento de su vida, es decir 80 cada 100.000 habitantes, y también hay estadísticas que demuestran que en los últimos años aumentó la incidencia de la enfermedad, con un 31 por ciento respecto de todos los tumores femeninos», destacó la doctora Valeria Cáceres, jefa de Oncología Clínica del Instituto Ángel Roffo.

La oncóloga explicó que afortunadamente, si el cáncer de mama se detecta en forma temprana, existen amplias posibilidades de éxito en el tratamiento: aquellos tumores de menos de 1 centímetro tienen hasta el 90% de probabilidades de curación.

«Esto es particularmente importante ya que en esta patología el pronóstico está estrechamente ligado al momento de la detección: un diagnóstico temprano evita y/o disminuye en gran medida la realización de procedimientos quirúrgicos radicales, atenuando la repercusión psíquica y socio-familiar que producen tanto la propia enfermedad como su tratamiento», afirmó Cáceres.

Ir al médico con síntomas

La especialista detalló que alrededor del 70 por ciento de los casos diagnosticados se deben a la consulta del paciente ante alguna sintomatología y no al diagnóstico temprano, por lo que «todavía no hay mucha conciencia sobre la importancia de la consulta regular».

«En cuanto a prevención, se recomienda realizar desde mamografías para la detección de lesiones tempranas o tumores no invasores, hasta el consejo genético a familiares de pacientes portadores de cáncer de mama», agregó la también directora de la carrera de Especialistas en Oncología de la Facultad de Medicina de la UBA.

En cuanto al tipo de test recomendado, remarcó la importancia del autoexamen mamario mensual a partir de los 20 años, el examen clínico mamario anual a partir de los 30 y la mamografía a partir de los 35. En aquellos casos que presenten antecedentes familiares de cáncer antes de los 50 años, las mamografías deberían comenzar 10 años antes de la edad a la que se presentó dicho tumor.

Si bien no se conoce con exactitud qué mecanismos desencadenan la enfermedad, se sabe que los siguientes factores incrementan el riesgo de desarrollarla: ser mayor de 50 años, tener antecedentes personales de enfermedad benigna de mama, antecedentes familiares de cáncer de mama, tratamiento con radioterapia dirigida a la mama o el tórax, y un tratamiento con hormonas, como estrógeno y progesterona.

«El resto de las causas, como haber tenido la menstruación a edad temprana o no haber tenido hijos, están en discusión, pero no están probadas por estudios científicos», aclaró Cáceres.

DC|Agencias

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