Hubo un tiempo en que el mayor dilema cuando uno iba a comprar leche era: ¿entera, descremada o semi?
Después el tema se complicó un poco más con la llegada de la leche de soja o soya. Pero ahora la oferta de alternativas a la tradicional leche de vaca en los grandes supermercados alcanzó un nivel de sofisticación sin precedentes.
Detrás de esa variedad hay una creciente tendencia a reducir el consumo de leche de vaca y explorar sustitutos.
Algunos la encuentran difícil de digerir y la culpan de molestias como la hinchazón, los gases o la diarrea. Otros creen que tienen intolerancia a su proteína o directamente alergia a los productos lácteos.
DC/BBC