La Asociación Integral de Políticas Públicas (Aipop), en el sector de la educación, denuncia que son muchos los casos de computadoras del Proyecto Canaima que están dañadas y no se les está haciendo reparación para continuar con el uso del aparato y se encuentran deterioradas, creando un “cementerio de canaimitas”.
“Aunque se está cumpliendo con la distribución y son un aporte importante para los niños, no se están reparando y muchos estudiantes a quienes se les entregaron se quedaron sin este recurso cibernético, como lo es está computadora portátil”, comenta María Antonieta Angarita, coordinadora de Educación del Aipop.
Destaca que es importante que se den a conocer cuáles son los criterios de selección y otorgamiento de estás camainas que se van a distribuir en este nuevo periodo escolar 2015-2016 y que además se vele porque estas canaimitas sean usadas como complemento educativo en los centros educativos y en el hogar.
«No sé cómo se está haciendo ahora pero sé que existe un departamento en el área de supervisión que debe tener asignado personal especializado, eso es el deber ser, pero si en el sistema actual existe un déficit de docentes y profesores, imagínate como no deben haber fallas de supervisión en el área tecnológica de un programa de aplicación nacional”, explica Angarita.
Además, asegura que su mayor deseo es que estos programas tengan la aplicación, seguimiento y continuidad, en el tiempo. Pero el recurso y la plataforma funcional está sumamente deteriorada, como están muchas instancias en todo el país y la educación en todas sus etapas “lamentablemente no escapa de las actuales dificultades económicas”, agrega.
Las Orientaciones Pedagógicas 2015-2016 publicadas por el Ministerio de Educación señalan que el Proyecto Canaima forma parte de los recursos que deben usar los docentes para complementar el aprendizaje de los estudiantes acorde a los procesos pedagógicos y curriculares de las instituciones educativas.
Así como el papel de “los libros de la Colección Bicentenario, de los laboratorios y de otros procesos con que cuenten las escuelas o que sean creados en correspondencia con los propósitos de la educación bolivariana”, informa el documento.
Aunque cada escuela o liceo tiene su método de aplicación para el uso de las canaimitas una vez por semana, muchos docentes no pueden responsabilizarse por el uso que sus alumnos les den en su hogar. “Está de parte también de sus padres que lo supervisen en casa, eso es muy importante, porque tiene un navegador”, indica una docente que solicitó no ser identificada.
También menciona que hasta la fecha nunca ha observado en el plantel donde se encuentra asignada que esté un personal encargado de la supervisión de uso correcto de las portátiles, pero resalta que una vez a la semana cada grado realiza una actividad con ella.
DC|2001