Es evidente que Manuel Rosales sembró en el corazón de los humildes y en casi todas las capas sociales de los zulianos, un gran sentimiento de solidaridad, lealtad y respeto mutuo correspondido. No hay Barrio, Urbanización, calle o comunidad organizada, que a raíz del posible retorno de este dirigente político, estén hablando, murmurando y hasta analizando los pro y los contra de una decisión, por algunos deseadas y por otros vista con recelos, bien sea porque de ser así, vendría a competir el liderazgo en una oposición, a todas luces, con gran expectativa de victoria este 06 de diciembre.
Ser Alcalde del Municipio más importante del interior del país, por dos períodos consecutivos y Gobernador del Estado, también por dos períodos consecutivos, no es poca cosa, para un dirigente que desde su paso como legislador regional, comenzó a dar muestras de convertirse en uno de los líderes más influyentes, tanto en el Zulia como en el resto del país. No en balde y contra todo pronóstico de victoria, tuvo el arrojo y la valentía de asumir la candidatura presidencial en el 2006, convirtiéndose así en el principal adversario de Chávez, en tiempos donde nadie se atrevía semejante osadía.
Manuel ha anunciado su definitivo regreso y la alegría entre sus seguidores ha desbordado lo imaginable. Esto a nadie debe caerle por sorpresa, la misma campaña electoral del 2006 fue el empuje definitivo para que en el 2007 la oposición por primera y única vez derrotara al invicto Comandante. En aquella consulta por la Reforma Constitucional, donde el gobierno abiertamente había convocado al país para que lo apoyara en un socialismo, que a pesar de haber sido derrotado en las urnas, terminó imponiéndolo, metiéndonos con ello en el gran foso de las colas, el caos económico, la inseguridad y el empobrecimiento general del país.
Si bien es cierto, el Comandante ausente, las veces que puso a prueba su liderazgo salió victorioso, pero jamás en estas tierras calientes pudo derrotar a este zuliano, que le resultó un guerrero de armas tomar y un hueso difícil de roer. En el 2008 Manuel vuelve a derrotar al chavismo y por partida doble, una vez que logra imponer a punta de su liderazgo, la victoria de un outsider como Pablo Pérez en la Gobernación y su retorno a la alcaldía de Maracaibo. Victoria esta que apuntala desde ya la futura y otra victoria de su partido UN Nuevo Tiempo, en las elecciones para Diputados a la Asamblea Nacional.
De tal forma, que si hubiese necesidad de revisar el porqué de aquellos gritos destemplados, de un Chávez vociferando en la Plaza de Toros: ¡desgraciado, desgraciadito, te voy a borrar del Mapa político venezolano! Más que razones judiciales o administrativas por el manejo de la cosa pública, casi todas habrá que buscarlas en el hecho político. Las recientes declaraciones para retractarse del principal acusador y hoy candidato a diputado, José Luis Pírela, y las afirmaciones dejadas plasmada en documentos probatorios, por el entonces Magistrado del TSJ, Eladio Aponte Aponte, dan fe de ello.
Ha manifestado Manuel, que más que un exilio le ha tocado vivir un difícil destierro. Él sabe muy bien que santo que no se toca no hace milagros, en consecuencia ha tomado la decisión de asumir los riesgos de volver al terruño, que lo llevará a afrontar un juicio con las mismas o peores garantías procesales otorgadas a Leopoldo López. También sabe Manuel Rosales, que lo otro, seria convertirse en el eterno desterrado para ver desde lejos, como sus propias huestes y otros lograran una victoria segura, en lo que será la madre de todas las batallas, protagonizadas por el liderazgo emergente opositor.
DC/ Abog. Douglas Zabala/ @douglazabala