Largas colas de personas de todas las edades y sexos se observaron la noche del miércoles en los dos hidrantes de la calle 70 C, en el barrio San Felipe, en busca del preciado líquido, tratando de llenar baldes, ollas y hasta vasos para sus necesidades básicas.
“Es el colmo con esta empresa que pasa agachada porque hay otra llamada Electricaribe (la del servicio de energía), que es peor”, dijo a este diario la noche del lunes en San Felipe un hombre de unos 60 años, que se identificó como Antonio, en relación con Triple A, la empresa operadora del acueducto, alcantarillado y aseo.
Triple A anunció que el daño de una tubería de 42 pulgadas, el martes, afectó inicialmente a 22 barrios de Barranquilla y 31 de Soledad (Atlántico), pero que casi enseguida de reparado, el miércoles, se presentó otra avería a la salida del acueducto, que suspendió el servicio a 42 barrios de Barranquilla y a los municipios de Juan de Acosta, Tubará, Usiacurí y Piojó.
“Aquí se fue el agua cerca de las cinco de la tarde del martes y aún no llega. En este barrio el agua se va todas las semanas y no hay racionamiento”, manifestó Matilde, otra vecina de San Felipe, molesta por los continuos cortes en el sector.
La mañana del jueves la situación empeoró. Centenares de niños dejaron de ir a las escuelas porque no había agua con qué bañarse y la fuerza de los chorros de los hidrantes era baja.
Triple A dispuso de mangueras para dar agua a los vecinos del tanque del Recreo y anunció el envío de carrotanques a diversos sectores. EL TIEMPO hizo un recorrido por la mañana y no vio ninguno en barrios del suroccidente.
“Me bañé y me cepillé con una bolsa de agua de 5,5 litros que compré el pasado miércoles por 2.500 pesos, porque por aquí no había nada”, dijo Eliécer, un hombre que caminaba por una calle del barrio Nueva Granada, que iba a su trabajo.
“Por estos días parece ser que regresamos al pasado de Barranquilla, cuando había que bañarse con totumo, porque no llegaba el agua por tubería”, expresó José, del barrio Nueva Esperanza.
DC|ET