Hace una semana la revista Der Spiegel provocó una hecatombe en el seno de la poderosa Federación de Fútbol Alemana (DFB) cuando denunció en un largo reportaje de 11 páginas que una de las glorias del futbol alemán, Franz Beckenbauer, había pagado 6,7 millones de euros para comprar el voto de cuatro delegados asiáticos del comité ejecutivo de la FIFA para obtener la sede del Mundial 2006.
Las denuncias del semanario hundieron a la DFB en una guerra sucia a causa de unas declaraciones del expresidente del organismo, Theo Zwanziger, quien llamó mentiroso a su sucesor en el cargo, el presidente de la Federación, Wolfgang Niersbach.
“No cabe la menor duda de que había una caja negra en la candidatura de Alemania para el Mundial 2006. También está claro que el actual presidente de la DFB lo sabía, no desde hace un par de semanas como dice, sino por lo menos a partir de 2005, como yo lo veo, el señor Niersbach es un mentiroso”, dijo Zwanziger.
Niersbach afirmó el jueves que en la adjudicación de la sede del Mundial 2006 todo se había realizado correctamente, que nunca había existido una caja negra. Pero, en un desesperado intento por lavar su imagen y su honor, responsabilizó a Beckenbauer del pago de los 6,7 millones de euros y admitió casi con ingenuidad, que solo se había enterado de la transferencia en el pasado verano. Según la DFB, el pago tiene su origen en un préstamo que realizo el exjefe de ADIDAS, Robert Luis Dreyfus, al comité organizador del mundial, presidido por Beckenbauer en 2002, que a su vez lo transfirió a la FIFA para obtener una subvención de 250 millones de francos suizos (170 millones de euros). “Günter Netzer, un cercano confidente de Dreyfuss, le contó a Zwanziger que el dinero había sido utilizado para comprar el voto de los delegados asiáticos”, aseguró el abogado de Zwanziger.
Zwanziger, por su parte, añadió que los 6,7 millones de euros habrían ido a parar a una cuenta de Mohamed Bin Hamman, delegado de Qatar en el comité ejecutivo de la FIFA entre 1996 y 2011, que utilizó dinero y poder para asegurar la permanencia de Joseph Blatter al frente de la FIFA.
El Kaiser guarda silencio
Franz Beckenbauer, por el momento, guarda silencio y, aconsejado por su abogado, ha evitado comparecer en público y permanece aislado en su residencia en Salzburg. Beckenbauer y Netzer, por ejemplo, no asistieron a la inauguración del Museo del Futbol alemán, el viernes en Dortmund. Wolfgang Niersbach, en cambio, llegó acompañado del entrenador de la selección alemana, Jürgen Löw y del mánager del equipo, Oliver Bierhoff .
“Los últimos sucesos han eclipsado la fiesta de inauguración. Pero yo confío en un 100% en Wolfgang Niersbach y estoy seguro de que él hará todo lo posible para aclarar este asunto. Me llama la atención el hecho de que Theo Zwanziger no haya abordado mucho antes este tema ante la opinión pública”, dijo Löw, en una interesada declaración destinada a defender al actual y acosado presidente de la DFB.