El Ministerio de Asuntos Exteriores de Guyana pretende afianzar sus relaciones diplomáticas con Canadá para conseguir así el apoyo de Ottawa en la disputa fronteriza del país suramericano con Venezuela sobre la región del Esequibo, según confirmó hoy a Efe una portavoz gubernamental vía telefónica.
Según detalló, el ministro de Asuntos Exteriores de Guyana, Carl Greenidge, se reunió esta semana con el alto comisionado de Canadá en Georgetown, Pierre Giroux, para fortalecer unos lazos diplomáticos que se remontan a 1966.
“Nuestros países han trabajado juntos en áreas de interés mutuo en una agenda bilateral, regional y global. Esa amistad cercana ha sido facilitada en las posturas que compartimos en diversas áreas”, según dijo Greenidge en un comunicado.
Greenidge recalcó que la nueva Administración de David Granger está “comprometida con trabajar con nuestros aliados en la región para ampliar la seguridad, democracia y prosperidad” del país.
Giroux apuntó a un mayor fortalecimiento en las relaciones diplomáticas de Guyana y Canadá, países que actualmente colaboran en proyectos de minería, reducción de delincuencia juvenil y el sector sanitario.
“La Alta Comisión de Canadá trabajará incansablemente para desarrollar y fomentar esta relación entre Guyana y Canadá”, dijo Giroux.
La región de Esequibo está bajo mediación de la ONU desde la firma del Acuerdo de Ginebra en 1966, pero la disputa se agudizó después de que la estadounidense Exxon Mobil descubriera en mayo pasado yacimientos de petróleo en aguas en la zona del litigio.
Hace menos de una semana, Venezuela anunció el regreso a Guyana de su embajadora, Reyna Arratia, y el beneplácito a su colega en Caracas, cuya identidad no ha sido revelada, lo que normaliza la relación bilateral como lo acordaron los presidentes de ambos países fronterizos el pasado 27 de septiembre.
Ese día, los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, y Guyana, David Granger, y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se reunieron en la sede estadounidense del organismo multilateral, que cumple una labor de “buenos oficios” para que los dos países suramericanos y caribeños acuerden la definición de sus fronteras.
DC | EFE