La atrofia cerebral es la pérdida permanente de tejido cerebral que puede afectar a todo el cerebro o limitarse a regiones específicas, derivando en un deterioro físico o cognitivo. Es una de las consecuencias más comunes de la esclerosis múltiple, que es una enfermedad inflamatoria autoinmune, en la que el propio organismo ataca determinados lugares del sistema nervioso produciendo discapacidad a medida que avanza.
En el marco de las III Jornadas Grupo Vectrims 2015, el neurólogo argentino, Edgardo Cristiano, señaló que desde que comienza la esclerosis múltiple se inicia la muerte de neuronas. Esto se traduce en atrofia cerebral, la cual está directamente relacionada con limitación en los movimientos físicos y trastornos cognitivos tales como: impedimento en el pensamiento, problemas para realizar adecuadamente cálculos y cuentas, entre otros.
«Está demostrado que la esclerosis múltiple, afecta principalmente a adultos jóvenes en plena etapa reproductiva, y que los síntomas suelen presentarse durante los primeros años de la enfermedad, provocando que personas sin problemas físicos puedan estar afectadas cognitivamente, impidiéndoles cumplir con su trabajo, causando problemas de memoria que trastoque su vida familiar, social y personal», explicó el galeno.
Entre los síntomas tempranos que pueden presentarse están visión borrosa o doble en uno o ambos ojos, dificultades con los movimientos o coordinación para realizar actividades diarias, falta de fuerza en un brazo o pierna, dificultad para mantener el equilibrio, sensibilidad o adormecimiento en alguna parte del cuerpo por más de 24 horas. Cristiano recomendó consultar un neurólogo en caso de tener alguna de estas condiciones, para descartar o diagnosticar la enfermedad.
«En los últimos años se ha aprendido que hay determinados medicamentos que tienen efecto positivo sobre la patología. Es importante detectar cuáles pacientes tienen mayor atrofia para que se pueda ajustar el tratamiento en función de este factor. Algunos de estos es el fingolimod, el cual ha demostrado una mayor adherencia en comparación a los que son inyectables y evitar la necesidad de una vigilancia más estricta. De igual modo, la terapia debe ser individualizada, tomando en cuenta los pros y contras de cada fármaco», argumentó el especialista en neurología.
Asimismo, acotó que si bien la esclerosis múltiple es una enfermedad menos frecuente en Latinoamérica y Centroamérica que en el resto del hemisferio occidental, no deja de ser un problema serio de salud, debido a la potencialidad de producir deficiencias físicas. Sus implicaciones son muy extensas cuando no es tratada a tiempo y de manera adecuada.
Con la utilización de equipos de resonancia magnética nuclear más precisos se ha logrado visualizar el daño axonal en una etapa previa a las manifestaciones clínicas de la enfermedad, lo que permite determinar el daño y comenzar el tratamiento a la mayor brevedad posible. Además, a través de esta técnica, se ha comprobado que en los pacientes con síntomas mínimos ya existe compromiso neuronal.
DC/EU