En la oficina, caminando, viendo la tele o cargando las bolsas tras pasar por el súper. Cuando menos te lo esperas puede llegar el tirón, la sobrecarga o una lesión. Evítalo introduciendo en tu vida una correcta higiene postural. Además, hacer las cosas como toca, te llenará de energía positiva (y lo transmitirás). Protege tu cuerpo ¡y tu mente!
En el sofá: Tras un día intenso en la oficina y una sesión de fitness a tope, llega el mejor momento: el de sentarse en el sofá. ¡No todo vale! Adopta la postura idónea. La mejor para ver la tele (ya sea sentada o tumbada) es aquella que te permite mantener la espalda alineada para repartir mejor las cargas del cuerpo. Si te tumbas, mejor de lado y no olvides un cojín para el cuello y otro para la zona lumbar.
Conduciendo: Además de por seguridad, mantener una postura correcta con el coche te evitará acabar destrozada tras ese viaje de 5 horas (con plus de 45 minutos en atasco). Desde el Colegio de Fisioterapeutas de la Comunidad Valenciana recomiendan inclinar tu asiento entre 15 y 20 grados de forma que, sentada, muslo y cadera formen un ángulo de 120 grados. La distancia entre el suelo y el asiento debe ser de 30 cm.
En la oficina: Si trabajas sentada frente al ordenador quizá te suene esta escena: dolor de espalda, hombros cargados, molestias en el cuello y articulaciones… Para aliviar esta situación solo tienes que cuidar tu postura. Mantén la espalda recta (apoya la zona lumbar en el respaldo de la silla, automáticamente alinearás también los hombros), pon los codos sobre la mesa flexionados en ángulo recto (lo más pegados al cuerpo posible) y las rodillas en línea con las caderas (regula la altura de la silla). Levántate cada dos horas y anda.
Al caminar: Años después de dar tus primeros pasos, los expertos vuelven a enseñarte a andar para evitar lesiones que puedan pasarte factura en la espalda y en la cadera. Ídem cuando permaneces periodos largos en pie sin desplazarte (tendemos a cargar todo el peso en una pierna, castigando los discos intervertebrales, evítalo). Mantén el cuerpo erguido, alinea tus orejas con tus hombros, saca un poco el pecho y contrae el abdomen. Los pasos, moderados, ni cortos ni largos.
Running: ¿Te has animado a practicar running? Mantener una postura correcta no solo te evitará lesiones, sino que hará disminuir tu gasto de energía y ganarás resistencia, agilidad y coordinación. Tienes que mantener la cabeza erguida (con la mirada dirigida al frente), flexionar los brazos para que formen un ángulo de 90 grados y cerrar las manos (cerradas, no apretadas, ya que pueden provocar calambres). Espalda recta.
Con las bolsas del súper: Lo peor de hacer la compra del mes no son las largas colas del súper, es llevar la compra a casa. Hay unas reglas inquebrantables que debes saber si no optas por el envío a domicilio: tienes que equilibrar el peso en ambos brazos (tenlo en cuenta al llenar las bolsas, dedícale su tiempo) y no dejes que tu cuerpo se incline hacia delante mientras caminas. Es la tendencia natural para combatir el peso, lucha contra ella.
En una entrevista de trabajo: Mantener la (com)postura juega un papel vital para llegar a ser seleccionada. No lo dejes al azar. Tu postura refleja tu personalidad y ellos lo saben. Los expertos en RRHH tienen muy en cuenta la comunicación no verbal y tu postura es lo primero que van a analizar. Cuidado con tus manos: si te tocas la nariz, puedes estar mintiendo. Tocarse el ojo refleja duda. Tenlo en cuenta.
Si cruzas las piernas, evita balancear el pie, puedes transmitir que te aburre (y mucho) ese proceso de selección. Cuando te indiquen que te sientes (no lo hagas hasta que no te lo digan), hazlo despacio. Apoya la zona lumbar en el respaldo de la silla (transmites seguridad, si te sientas en el filo reflejas nerviosismo), mantén la espalda recta y flexiona las rodillas en ángulo recto. Si las dejas estiradas, destilas pasividad. A la hora de hablar, utiliza tus manos (con movimientos sutiles, naturales, sin marear) y no las cruces mientras escuchas, denotan inseguridad.
DC/COSM