Los 224 ocupantes rusos y ucranianos de un Airbus A321 que volaba de la localidad turística egipcia de Sharm el Sheij a San Petersburgo murieron al estrellarse el avión este sábado al amanecer en el desierto del Sinaí, en el este de Egipto.
El contacto con el chárter de la aerolínea rusa Kogalymavia, más conocida como Metrojet, se perdió 23 minutos después del despegue al amanecer de Sharm el Sheij, a orillas del mar Rojo, cuando volaba a una altitud de más de 30.000 pies (9.144 metros), según un responsable de la autoridad de control del espacio aéreo en Egipto.
Antes el capitán se había quejado de un problema técnico en el equipo de comunicación, añadió.
“No hay ningún superviviente” y los cuerpos de las víctimas están desperdigados en 5 kilómetros, anunciaron a la AFP responsables de los equipos de rescate y de seguridad.
“Todos los pasajeros murieron”, confirmó en las redes sociales la embajada de Rusia en El Cairo.
Los 15 primeros cadáveres fueron transportados a la morgue de El Cairo, anunció el gobierno por la tarde.
Los restos del aparato fueron encontrados a últimas horas de la mañana en Al Hasana, en medio de una zona montañosa de la provincia del Sinaí del Norte
De los 217 pasajeros, 214 eran rusos y tres ucranianos, aseguró el gobierno egipcio, según el cual había 138 mujeres y 17 niños. Además transportaba a 7 miembros de la tripulación. Según el ministerio ruso de Situaciones de Emergencia, las edades de los pasajeros estaban comprendidas entre los 10 meses y los 77 años.
El presidente ruso, Vladimir Putin, decidió enviar a equipos de emergencia y a su ministro de Transportes Maxime Sokolov al lugar de la tragedia.
En Moscú, un responsable de la agencia federal rusa de aviación, Rosaviatsia, Sergei Izvolsky, explicó que el aparato despegó a las 05H51 (03H51 GMT) de Sharm el Sheij y se dirigía a San Petersburgo.
“La tripulación debía contactar con Lárnaca (Chipre) pero no lo hizo y el avión desapareció de las pantallas radares”, precisó en declaraciones por televisión.
“Espero a mis padres, hablé con ellos por teléfono cuando ya estaban en el avión, más tarde escuché las noticias”, cuenta Ella Smirnova, de 25 años, en estado de shock en el aeropuerto Pulkovo de San Petersburgo.
“Seguiré confiando en que están vivos hasta el final pero a lo mejor no los vuelvo a ver”, reconoció en medio de familiares de pasajeros llorando.
Las ambulancias empezaban a llegar al aeropuerto de San Petersburgo y las autoridades enviaron autobuses para transportar a las familias a un hotel cercano, constató la AFP.
El avión se estrelló en el norte del Sinaí, feudo del brazo egipcio del grupo yihadista Estado Islámico (EI), autor de numerosos atentados contra las fuerza de seguridad, pero la altura en la que se encontraba cuando se perdió el contacto hace muy poco probable la hipótesis de que fuese alcanzado por los cohetes o misiles en poder de estos insurgentes, explican los expertos.
El último accidente aéreo en Egipto se remonta a enero de 2004 y causó 148 muertos, en su mayoría turistas.
Desde la revuelta de 2011 que expulsó del poder al dirigente Hosni Mubarak y los dos años de caos que siguieron al derrocamiento por el ejército del presidente islamista Mohamed Mursi, el turismo está alicaído y las autoridades se afanan por reactivar este sector vital para la economía nacional.
Pese a la inestabilidad política y los atentados yihadistas en el norte del Sinaí, las localidades turísticas del mar Rojo, en el sur de la península, siguen siendo uno de los principales destinos turísticos del país, muy apreciados por ciudadanos rusos y de Europa del Este.