Mucho hemos leído, visto y oído acerca de la patria en estos últimos tiempos. Hemos visto a quienes las mencionan por el dolor de verla reducida a escombros y a quienes la usan sólo con fines propagandísticos para aglutinar el sentimiento nacionalista en torno a un proyecto político fallido que se viene desplomando a velocidad de vértigo.
Para mí la patria es ese suelo sagrado donde nací, donde crecí y me forme personal y académicamente, donde forme una familia y donde estoy viendo crecer a mis hijos. Patria es de donde lo he recibido todo y hacia donde dirijo todos mis humildes esfuerzos para verla crecer y devolverle algo de lo que de ella he recibido.
La patria para mi, es mucho más que un lugar geográfico. La patria engloba ese sentido de pertenencia y arraigo que necesitamos sentir todos los seres humanos, son todas las costumbres, los valores humanos y sociales que transmitidos de generación en generación nos confiere la identidad única de venezolanos.
Toda propaganda para que no resulte engañosa debe ser avalada por los hechos. Por eso cuando escuchamos que se enarbola la «patria» con fines politiqueros, tenemos obligatoriamente que comparar objetivamente lo que nos están vendiendo y la patria verdadera que estamos viviendo.
Según datos del CENDA, el mes de septiembre del año en curso, la canasta básica de alimentos, bienes y servicios se ubicó en 62.005,29 Bs siendo los rubros de alimentación y educación los números más duros ya que ambos suman el 80% del gasto familiar. Es decir que la comida y la formación de nuestros hijos son la porción más fuerte a enfrentar en nuestro maltrecho presupuesto mensual. Según estos cálculos una familia promedio necesita de ocho (8) salarios mínimos para cubrir sus necesidades básicas, lo que se traduce en un déficit del poder adquisitivo del 76,10%.
Caracas, según estudios recientes de una prestigiosa ONG Mexicana, es considerada la segunda ciudad más peligrosa del mundo sólo superada por San Pedro Sula de Honduras, literalmente en Venezuela la vida no vale nada.
Se calcula que la escasez de medicamentos sólo en el estado Zulia estaría alcanzando el 70%, situación extendida a nivel nacional.
Las largas colas que se ven día tras día en las puertas de comercios, supermercados y abastos son prueba irrefutable que la escasez agobiante ahorca a los ciudadanos. La producción nacional pareciera que paso a ser parte de nuestros recuerdos.
Servicios públicos colapsados por falta de mantenimiento, nuevos proyectos e inversiones mantienen al pueblo a oscuras y sedientos por días.
Soy del pensar que la patria se fortalece, dándole oportunidades a su gente. No hay acto de mayor patriotismo de la clase gobernante que el de hacer de sus gobernados individuos felices, sanos, bien alimentados, protegidos por las autoridades, bien educados y productivos.
DC / Freddy Paz / Diputado AN / @freddyspaz