Un hombre de Delray Beach convicto en julio de dejar que su perra pitbull casi se muriera de hambre fue sentenciado esta semana a nueve meses de cárcel.
La jueza de circuito del Condado Palm Beach Karen Miller dijo que, mientras sentenciaba a Anthony Herring, de 38 años, ella recordó cómo la perra, llamada Bella, se puso “esquelética” al cuidado de Herring.
El fiscal estatal Dave Aronberg y la fiscal estatal adjunta Judy Arco querían que Herring pasara un año en la cárcel como parte de una sentencia de tres años de libertad condicional, por el “escandaloso” acto de privar a la perra de agua y comida durante semanas. Arco calificó el caso de uno de los peores casos de abuso a los animales en el condado en los últimos años.
Pero el defensor público adjunto, Christopher Fox-Lent, alegó que el delito era el primero cometido por Herring, y que su manera de tratar a Bella “no fue un caso de tratar de causar dolor y sufrimiento intencionalmente”.
El abogado defensor pidió también tres años de libertad condicional, pero sin más tiempo de cárcel que los casi cinco meses que él ya ha cumplido, de modo que en su expediente delictivo no apareciera que había sido hallado culpable de un delito de mayor cuantía.
Herring también se puso en pie y rogó por clemencia, diciendo que él había descuidado a la perra debido a problemas personales entre los cuales estaba la mala salud de su madre y su propio “divorcio desgarrador”.
“He aprendido de mis errores”, dijo Herring, padre de cuatro hijos, y pidió a la jueza que lo dejara en libertad porque “yo los necesito a ellos tanto como ellos me necesitan a mí”.
Pero Miller dijo que ella estaba de acuerdo con la fiscalía en que él merecía más tiempo en la cárcel en vez de simple libertad condicional, aun cuando eso signifique que el ex empleado municipal y entrenador de football juvenil pueda tener dificultad para encontrar trabajo por ser un delincuente convicto de mayor cuantía.
Al principio, no obstante, la jueza cuestionó por qué la fiscalía había recomendado sentencias de libertad condicional sin cárcel en algunos casos de abuso de niños y ancianos, mientras que Aronberg quería la pena más severa en este caso de abuso a animales.
Aronberg dijo luego a la prensa que Herring había negado tener nada que ver en la depauperación de la perra y dejó que el caso fuera llevado a juicio, donde su defensa fue que Bella había dejado de comer porque tenía lombrices, y que la mantenían encadenada para mantenerla a distancia del jardinero.
“El acusado nunca asumió responsabilidad alguna por sus actos”, dijo Aronberg, y agregó que Herring rechazó un acuerdo extrajudicial por una sentencia de ocho meses por los cargos de crueldad a los animales con agravantes y encierro ilícito.
Aronberg, principal fiscal del Condado, quien está postulándose para ser reelegido a un segundo mandato y es dueño de un perro de caza rescatado, dijo que su oficina estaba dispuesta a llegar a acuerdos extrajudiciales con algunos infractores primerizos no violentos para permitirles cumplir sentencias de libertad condicional y evitar ser declarados culpables de un delito de mayor cuantía.
Algunos activistas por los derechos de los animales que acudieron al juzgado para enterarse del destino de Herring afirmaron que Bella está ahora de lo mejor en su nuevo hogar de Jupiter.
La perra pesaba sólo 23 libras y no podía pararse ni caminar cuando fue rescatada el 19 de junio del 2014 de casa de Herring en la cuadra de los 1400 de SW 4 Street.
En el juicio de Herring, los jurados vieron fotos y un video de la descarnada perra que Aronberg describió como “un esqueleto cubierto de piel”.
Fox-Lent estuvo de acuerdo entonces en que las fotos tenían mal aspecto, pero criticaron a la fiscalía por mostrar un video “claramente diseñado para manipular las emociones”.
Herring testificó que él no tenía la culpa, porque la falta de apetito y el debilitamiento de la perra habían sido causados por parásitos intestinales.
“Yo no dejé que pasara hambre”, dijo al jurado, explicando que él había tratado incluso de hacerla comer comida blanda, incluyendo sémola.
Un ex veterinario del condado que atendió a Bella testificó que la perra empezó a ganar peso casi de inmediato tras recibir platos de comida para perros. Un mes más tarde la perra –que entonces tenía alrededor de un año de edad—había llegado a las 43 libras.
Al salir de la cárcel, Herring tendrá que cumplir 10 horas de servicio comunitario al mes mientras esté bajo libertad condicional, y le está prohibido acercarse a los animales.
“Usted no podrá tener ningún tipo de mascota, vigilar ningún tipo de mascota, cuidar a ningún tipo de mascota — gato, perro, caballo, conejo o jerbo”, dijo Miller a Herring. “Ninguna mascota. Usted no podrá vivir con nadie que tenga mascotas. Funcionarios de cuidado y control de animales podrán entrar a su vivienda e inspeccionar para asegurar que usted no tenga ningún tipo de mascota”.