La contienda electoral en Hialeah entra en la recta final con la disputa de dos concejales que buscan la reelección frente a candidatos opositores que consideran que la indignación vecinal prevalecerá en las urnas.
Vivian Casals-Muñoz y José Caragol, quienes integran el bloque oficialista del alcalde Carlos Hernández, aspiran a derrotar en primera vuelta a tres postulantes rivales en las elecciones del próximo 3 de noviembre.
Casals-Muñoz, de 48 años y quien ocupa un escaño en el Concejo desde el 2006, compite contra Tania García, una dura crítica del desarrollo de Villa de Las Palmas, un millonario complejo inmobiliario que es rechazado por un vecindario del oeste de Hialeah. En junio, cuando el vecindario esperaba el respaldo de Casals-Muñoz para frenar el proyecto, la concejal votó a favor.
“Ella [García] estaba en desacuerdo con mi voto y gracias a Dios vivimos en un país libre”, dijo Casals-Muñoz a el Nuevo Herald. “Ella tenía todo el derecho de postularse, igual que cualquier otra persona”.
Por su parte, Caragol, de 84 años, enfrenta a dos candidatos: Juan Carlos Souza y John Salvador Molloy.
Souza, de 55 años y agente de bienes raíces, y Molloy, de 43 años y custodio de un centro de detención de inmigrantes, se han concentrado en tocar puertas y transmitir un mensaje: votar por un candidato más joven y una voz independiente del grupo de Hernández.
Un sondeo de McLaughlin & Associates, una firma encuestadora de Nueva York, realizado el 15 de abril entre 300 vecinos de Hialeah, indicó que 67.3 por ciento de los encuestados aprobaba el trabajo del Concejo de Hialeah, 12 por ciento lo desaprobaba y 20.7 prefirió no responder.
Los resultados de la encuesta fueron facilitados por una fuente oficialista que solicitó el anonimato. El mismo sondeo reveló que el trabajo de Hernández contaba con una aprobación de 77 por ciento y un rechazo de 15 por ciento. El 7.8 por ciento optó por no responder.
Pero como el sondeo fue realizado en abril, no refleja el impacto de la indignada reacción del vecindario de García, que protestó en junio al sentirse traicionado por Hernández, Casals-Muñoz, Caragol y los otros tres concejales que votaron a favor de Villa de Las Palmas: Luis González, Katharine Cue-Fuente y Lourdes Lozano.
Los concejales que votaron contra el cambio de zonificación del terreno de 10 acres para construir el complejo de 14 edificios con 240 apartamentos de alquiler fueron Isis García-Martínez y Paul ‘Pablito’ Hernández.
En los comicios de noviembre, tanto Lozano como García Martínez también aspiran a la reelección, pero ningún candidato se inscribió para retarlas.
Sin embargo, para una fuente del entorno de Hernández que también solicitó no ser identificada, el grupo oficialista está convencido de que el enérgico cuestionamiento contra el alcalde y los concejales de Hialeah es un “tema aislado que convoca a lo mucho a un centenar de vecinos” azuzados por García.
Sin embargo, es la primera vez que bajo la administración de Hernández un grupo de residentes se ha organizado en Hialeah no sólo para competir en las urnas, sino que ha llevado un conflicto vecinal a los tribunales.
Esta semana, varios testigos comparecieron ante la magistrada Suzanne Van Wyk, del Tribunal Administrativo de Apelaciones estatal, entre ellos Raúl Martínez, ex alcalde de Hialeah, quien dijo que el proyecto estaba “canibalizando ese vecindario sólo para favorecer económicamente a los amigotes del alcalde [Hernández] a expensas de un barrio establecido hace muchos años”.
De hecho, una de las críticas de García es que el grupo de urbanizadores que impulsa Villa de Las Palmas, donó $31,500 a la campaña electoral de Hernández en 2013. El alcalde ha rechazado en varias oportunidades que esas contribuciones hayan influido en su respaldo al proyecto inmobiliario. Pero los urbanizadores no se quedaron de brazos cruzados y han contrademandado a García.
A eso se sumó que David Custin, el ex jefe de campaña de Casals-Muñoz y cuya familia reside en el vecindario de Villa de Las Palmas, acusó a su clienta de haber sido “comprada” para votar a favor del proyecto.
“A mí nadie me compra”, respondió Casals-Muñoz pare este reportaje. “Lo de Custin no me afectó. Mis campañas las dirigen un grupo que siempre está conmigo: mi familia, mis amigos y mis voluntarios”.
Sobre una de esos voluntarios, la boletera Deisy Cabrera, Casals-Muñoz se limitó a decir que estaba enfocada en su campañas sin hablar mal de nadie. Cabrera se dedicaba a falsificar los votos de ancianos con poca formación escolar e incapacitados mentalmente, según una investigación de el Nuevo Herald de 2012.
Cabrera, quien entonces trabajaba para las campañas de reelección del alcalde condal Carlos Giménez y la fiscal Katherine Fernández-Rundle, fue arrestada pero más tarde fue liberada. Nunca prosperaron las pesquisas de las autoridades para identificar a los financistas de Cabrera.
Para su actual campaña, Casals-Muñoz dijo haber recaudado unos $60,000. Los informes municipales indican $9,000. Su oponente, García, registra $4,000, pero de su propio bolsillo. Ante la austeridad de recursos, García se ha dedicado a componer canciones de campaña inspiradas en las controversias políticas que empañan a Hialeah y las cuales difunde en el barrio megáfono en mano.
En el caso de Caragol, asegura que ha recolectado cerca de $60,000, pero los informes oficiales indican menos de $2,000. Souza reporta poco más de $2,000 y Molloy unos $6,000.
Entre los donantes de Caragol figuran el abogado Ceasar Mestre, concejal de Miami Lakes y cabildero de Hialeah, así como el abogado Thomas Cobitz, quien defendió al alcalde Hernández ante la Comisión de Ética de Miami-Dade de una acusación de haber mentido en español e inglés. Se trataba de los negocios de préstamos de usura que el alcalde realizó con el joyero Luis Felipe Pérez, quien cumplió casi cinco años de prisión por un millonario fraude piramidal.
Sobre las críticas de sus oponentes a la eficiencia de su desempeño en un cargo público debido a su avanzada edad, Caragol respondió: “Argumentan muchas personas que estoy muy viejo, pero yo los voy a enterrar a todos”.
ENH