“El doggy style puede sentirse increíblemente bien”, dice Emily Nagoski, PhD, una maestra de sexualidad del Smith College y autora de Come as You Are: the Surprising New Science that Will Transform Your Sex Life.
“Cuando estás excitada antes del doggie, el mismo ángulo de penetración que en el pasado te dolía permite estimulación en lo que se conoce como fórnix anterior, el área entre la pared vaginal y el útero”, dice Nagoski. “Es un sentimiento intenso, completamente diferente a las sensaciones del clítoris o de la vagina”.
Arquea tu espalda mientras el gentilmente mueve tu trasero de arriba a abajo. Esta simple posición (gracias al arqueo de la espalda) toca la parte sensitiva de la pared frontal de tu vagina, lo cual te mantendrá́ excitada y contenta.
Estos perros se la pasan montando los sillones, ¿por qué́ no copiar esa posición? Inclínate sobre la recargadera del sillón y empuja tú trasero hacia él. Anda, hasta puedes intentar un trío con Jennifer, el sofá́ convertible.
Arrodíllate e inclínate hacia abajo, manteniendo tus piernas juntas mientras te toma de la cintura. Al presionar tus muslos estimularás los músculos pélvicos que producen los orgasmos, lo que te hará́ correr más rápido que un galgo.
Apoya tus codos en una almohada y levanta tu trasero, con tu pelvis apuntando hacia arriba. Haz que te penetre hacia abajo, estimulando tu punto G, mientras toca tu clítoris. ¡Ambos lo disfrutaran!
DC|CP