Así como hay terapias con música y aromas que te ayudan a equilibrarte, los colores también lo pueden hacer.
Seguramente hay algunos que te gustan más que otros, pero todo el espectro de tonalidades tiene beneficios particulares que pueden influir en varios aspectos de tu vida ¿cómo? Afectando tu estado de ánimo y hasta tu presión sanguínea.
Al menos, eso es lo que indica la cromoterapia que complementa con éxito otros tratamientos médicos. Los expertos nos platican cómo funcionan y sus efectos:
¿QUÉ ES?
El objetivo de esta antigua terapia alternativa, conocida como cromoterapia, es curar algunas enfermedades mediante los colores, ya que el ser humano se empapa y sintetiza la energía de la luz y de los colores por medio de los chakras (centros de energía que se reparten por el cuerpo).
“Los colores funcionan en la vida diaria y en las actividades más básicas, ya sea mirándolos, usándolos en la ropa o incluso comiéndolos, pero en una terapia los utilizamos a través de lámparas que emiten luces de colores que se aplican directamente sobre el cuerpo, tal como si de acupuntura se tratara. También se pueden usar imágenes y otros elementos”, dice Mónica Flamas, psicóloga y cromoterapeuta.
¿CÓMO ES UNA SESIÓN?
Para que te hagas una idea, el terapeuta hace un diagnóstico del estado energético de la persona a tratar, después determina los chakras que están desequilibrados y los colores que se usarán. “Hay varios métodos de evaluación, como el péndulo, que el paciente elija tarjetas cromáticas, un test del color o de kinesiología”, dice Flamas.
Después se aplican las lámparas con filtros o plumas con puntas de cuarzo que emiten luz de color.
EL PODER DEL ARCOÍRIS
En la cromoterapia se utilizan por lo general ocho tonos que provienen de los tres colores primarios.
– Azul: Es un color frío que refresca y relaja, por lo que es adecuado cuando hay cansancio mental, estrés y ansiedad. Meditar visualizando este color ayuda a despertar la intuición y la relajación. Sin embargo, el exceso de azul puede provocar melancolía. ¿Sufres de insomnio? Prueba pintando al menos una pared de tu cuarto de este tono.
– Amarillo: Al igual que la luz del sol, estimula tu cerebro aportando alegría, claridad y vivacidad, por lo que se le considera un buen antidepresivo. En demasía puede provocar irritación o inquietud. ¿Estás triste? Vístete de amarillo y cambiarás el chip.
– Rojo: Ideal para cuando necesitas energía, fortaleza o sentirte sexy. Ayuda a eliminar la apatía y la inhibición, pero en abundancia se relaciona con la agresividad y la irritación. En cuestión de salud podría incrementar la presión sanguínea y la respiración. No es aconsejable tener una habitación pintada en este tono, ya que excitaría demasiado el sistema nervioso. ¿Dónde usarlo? En pequeñas dosis en tu lugar de trabajo, al hacer deporte o cuando necesites estar activa.
– Naranja: Al ser la unión del rojo y amarillo tiene cualidades de ambos y está asociado con éxito, atracción, creatividad y comunicación. ¿Te sientes inhibida? Acércate al naranja, pero cuidado porque en exceso o un tono más oscuro produce agitación y nervios.
– Turquesa: Ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y facilita la concentración. También se utiliza para reducir inflamaciones e infecciones.
– Violeta: Un aliado para calmar el sistema nervioso,proporciona claridad y movimiento mental. Es bueno para tratar angustias y miedos, pero en exceso se relaciona con la ira.
– Verde: Al provenir del azul y el amarillo se le considera un color de equilibrio y calma. También se le relaciona con el crecimiento y la esperanza. Ayuda contra el cansancio físico y mental, pero además balancea el sistema nervioso y el circulatorio, por lo que si necesitas concentración, el verde es tu aliado. En abundancia puede resultar debilitador o depresivo.
– Magenta: Aumenta la tensión arterial y es eficaz para tratar los estados de tristeza. A nivel energético activa los chakras superiores y ayuda a eliminar el desorden de nuestra vida.
DC/C