A solo dos meses de celebrarse las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre de 2015, la campaña electoral se ha tornado aburrida, lenta, distraída, con una agenda fuera de cualquier oferta legislativa. Los candidatos y voceros de la M.U.D declaran una victoria sin precedentes no porque los electores estén emocionados por votar por ellos si no motivados en un voto castigo ante la evidente crisis presente la cual se atañe al gobierno nacional.
Durante las últimas 19 elecciones realizadas en Venezuela desde el año 1998 los aliados al gobierno nacional solo han tenido un revés electoral que fue en el año 2007 con la primera propuesta de reforma constitucional, en los otros 18 procesos han salido victoriosos, incluyendo los dos del 2013, sin la presencia en vida del presidente Chávez, en donde el P.S.U.V y aliados han demostrado tener una alta capacidad de movilización y maquinaria electoral en el 100% de los centros de votación del país.
En este aspecto, voceros de la oposición aseguran que esa maquinaria del P.S.U.V. está muy debilitada debido a que la crisis también afecta a los seguidores del gobierno y eso hace que las UBCH, y estructuras no se sientan muy animados a defender el voto. Esa apreciación aunque tiene lógica en el análisis podría tener motivaciones diferentes en los actores políticos del gobierno, y habría que preguntarse ¿los seguidores decepcionados del P.S.U.V. y afectados serían capaz de votar por los candidatos de la M.U.D.?, ¿los beneficiarios de algunos programas sociales, pensiones, empleados públicos, contratos del Estado, 245 Alcaldías y 20 gobernaciones que están en manos del P.S.U.V, no tendrían un peso en estas elecciones?; según lo planteado por el señor Chúo Torrealba el gobierno no tiene ninguna posibilidad de salir victorioso en estas elecciones, a pesar de sus antecedentes de triunfo. Si esa afirmación se encuentra reflejada en la sala situacional del gobierno de seguro estarán estructurando un cierre de campaña sin mezquindades en el uso de los recursos económicos, tecnológicos y humanos del Estado. Sería inocente pensar que el gobierno no hará nada para logar el triunfo electoral, y más ingenuo es pensar que si la M.U.D. no cuenta con el 100% de testigos electorales capaces de enfrentar durante un largo y agotador día al plan república y grupos de choque van a ganar las elecciones.
Si el P.S.U.V no logra un triunfo el tema de las Maquinarias quedará para la historia, pero si logra el triunfo toda la estructura de la M.U.D. debe despedirse. El país no puede seguir paralizado por falta de decisiones económicas. Es posible que no se tomen medidas porque el presidente Maduro está esperando llegar hasta las elecciones sin tomar medidas antipopulares, pero debe revisar su actuación, porque acaso no es antipopular la desenfrenada escasez, la incontrolada inseguridad, el alto costo de la vida y un dólar paralelo controlado por una página web no gubernamental, que azota el bolsillo de los venezolanos.
El 6 de diciembre se cumplen 16 años de que la revolución llegó al poder gracias a la crítica de los 40 años de puntofijismo, pero parece estar claro que lo criticado antes se agudizó ahora. El ambiente luce tenso y complejo, las encuestas indican una tendencia de motivación a votar pero también reflejan pocas esperanzas en que la situación cambie en el corto plazo. El gobierno se enfocará en pagar aguinaldos, incluir más pensionados, entregar electrodomésticos, casas, recursos a los consejos comunales, enviar los recursos a alcaldías y gobernaciones, seguirá afirmando que hay una guerra económica, hablará de fronteras, y prometerá de todo; mientras que la M.U.D. seguirá esperanzada en que el precio del petróleo no se recupere, que se agudice la crisis, la escasez y el dólar paralelo pase la barrera de los mil bolívares, pues esa es su principal agenda para poder lograr capitalizar el voto castigo. Ambos sectores deben evaluar figuras de las terceras vías que puedan sorprender, además de la abstención, y contar con los altos recursos económicos para el día de las elecciones. Si 70 diputados actuales de la oposición no han tenido en estos 5 años una actuación digna, y los del P.S.U.V. igual, es posible que el día de las elecciones los electores no se sientan comprometidos porque observan que en la Asamblea Nacional no está el cambio. Como lo dijo, Jacques Benigne, “La política es un acto de equilibrio entre la gente que quiere entrar y aquellos que no quieren salir”.
DC / S.H. Jesús castillo Molleda / Profesor Universitario, Politólogo, Coach Político, Locutor / jcastillo@fundacionzuliaproductivo.com / @castillomolleda