Maracaibo aunque no lo parezca tiene un punto que la divide que es la Curva de Molina. De allí al oeste el olvido prevalece. En el barrio Rayozul o sal si puedes como le dicen por lo inseguro, vive Ninfa Vasquez en una casa de 30 metros cuadrados junto a 5 personas más, hervían yuca, eso sería su almuerzo con una salsa roja y cebolla tallada. No tardó mucho en mostrar la casa. Tiene una enfermedad que le impide caminar.
Teme partir de este mundo prematuramente. «Si me duelen bastante las piernas a veces me pongo que no puedo ni caminar ayer fue un día que pase que todavía ando con el dolor a mi si me da miedo imagínate tengo 4 nietos a mi poder».
Pobreza y vejez parecen ser dos cosas que en este país representan algo, una muerte segura asegura Danilo García quien presiden la fundación familias Olvidadas, debido a que no es tanto el problema estar enfermo, el detalle es conseguir la medicina para la cura. «En el hospital universitario hay médicos verdad pero no hay los insumos para operarla entonces que digo yo será que no tienen familia será que no les duele la familia será que sus papas nunca se van a poner viejos».
La ayuda la necesitan ya reitera García. No pueden esperar a que pase una elección para recibirla. Hoy están, mañana quien sabe. «Bueno el caso donde yo lo lleve ahorita una señora que yo hable con ella ayer por cierto la señora que anda en una carretilla la mueven en una carretilla porque no tiene silla de ruedas ahorita acabamos de llegar la señora está en coma».
Lo que sucede en la parroquia Antonio Borjas Romero de la ciudad de Maracaibo evidencia sólo una cosa que las instituciones encargadas de velar por bienestar de la sociedad y que existen en todas las instancias de Gobierno desde el Nacional hasta el municipal no sirven de absolutamente nada.
DC | Yosoyvenezolano / @LDanieri