A raíz de los acontecimientos ocurridos en la Facultad de Humanidades y Educación de LUZ, cuando se celebraba un proceso electoral interno del PSUV, para elegir unos delegados a un congreso nacional de estudiantes y donde lamentablemente ocurrió la muerte de un estudiante de la Escuela de Derecho, el Engendro Heredero, sin ningún tipo de escrúpulos éticos y personales y sin una investigación profunda al respecto, como debe ser, ordenó la detención inmediatamente, por parte del SEBIN, policía política del régimen, del Presidente de la FCU Yorman Barillas, por ser el ¨autor intelectual¨ de la precitada muerte. No conozco en lo personal al Bachiller Barillas ni su trayectoria como dirigente estudiantil; la crítica es por el adjetivo empleado en su contra.
Autor intelectual, es la persona que idea un plan, mas no el que lo lleva a cabo, sino otra persona; o es aquella persona o grupo de ellas que sirven de inspiración para un hecho. El autor intelectual, induce, instiga, incita e impulsa a otro u otros a realizarlo, casi siempre, sin estar presente en el sitio donde ocurre el mandato. En la ocurrencia de un hecho punible lo más difícil es la determinación de la autoría intelectual; allí es necesaria una acuciosa y rigurosa investigación de los organismos especializados al respecto. Con un poder judicial secuestrado por el poder político, es grave, muy grave que quién lo detenta manifieste tamaña temeridad; prueba de ello es el juicio contra el líder opositor Leopoldo López. Por cierto, en este juicio, se señaló a López como autor intelectual de las muertes ocurridas; eso nunca se pudo comprobar. Lo que si se estableció con propiedad es que las muertes ocurridas en la Fiscalía de Bassil Dacosta y de Juan Montoya (jefe de un colectivo pro-oficialista) las causó, según la Fiscalía, un comisario del SEBIN de apellido Perdomo. Ahora bien, Engendro, quien ordenó, incitó, instigó y ordenó estas muertes.
El Engendro Heredero no es la primera vez que emite adjetivos como esos; en los asesinatos de Robert Serra y de Eliézer Otaiza, manifestó que el primero fue producto del paramilitarismo, donde el expresidente de Colombia, Uribe, tenía las manos metidas y el segundo fue ordenado por la ultra derecha que integra la oposición venezolana; por supuesto, ninguna de las dos tesis fue cierta, ambas fue producto de intrigas personales y del hampa común; así quedó demostrado.
El caso del Fiscal Danilo Anderson, por cierto, se cumplen el próximo 18-11, día de nuestra excelsa patrona, 11 años de su muerte; ha quedado, sin querer queriendo, en el limbo jurídico. Mucho se ha escrito al respecto; no hay la fortaleza ética para asumir esa investigación. Sería bueno, que el Engendro Heredero le diga algo, al respecto, a los venezolanos. También, es importante, que ordene al SEBIN de forma urgente la detención del o los autores intelectuales de los que idearon y lideran el cártel de narcóticos, que según la Fiscalía y el poder judicial de los Estados Unidos, utilizan a Venezuela como puente para trasladar la droga involucrada a ese y otros países del mundo. Usted, más que nadie debería interesarse en ello, ya que hay miembros directos de su familia que están imputados por la Fiscalía del país del norte, por esos supuestos delitos. Si Ud no lo hace, es mejor que renuncie; la situación del país es grave. La tesis que corre, con mucha fuerza en el concierto internacional, es que en Venezuela se instaló en el poder un Narcoestado.
DC/Prof. Marlon S Jiménez García/Profesor Universitario/Marjimgar54@hotmail.com