Un avión de la aerolínea turca Turkish Airlines que volaba entre Nueva York y Estambul fue desviado a Canadá debido a una amenaza de bomba, indicó el domingo la policía.
La Royal Canadian Mounted Police (RCMP) señaló que el aparato, con 256 pasajeros y tripulantes a bordo, aterrizó sin contratiempos en un aeropuerto de Halifax (este).
No se encontró ninguna bomba, sin embargo, durante una exhaustiva búsqueda en la aeronave y el equipaje de los pasajeros, y el avión recibió luz verde este domingo para continuar su viaje.
«El avión de Turkish Airlines tiene previsto continuar hasta Estambul más tarde esta mañana. La investigación sobre la amenaza está en curso», dijo la policía montada en Twitter.
«RCMP concluyó búsqueda en aeronave y equipaje de Turkish Airlines a las 4:25 am, ningún dispositivo explosivo encontrado».
Las autoridades recibieron la alerta el sábado a las 22:50, tras el despegue del avión del aeropuerto internacional John F. Kennedy de Nueva York.
Aterrizó en Halifax poco antes de la 1:00.
En una serie de comunicados divulgados a través de Twitter, la RCMP informó que se inspeccionaría «el avión de Turkish Airlines con perros detectores de explosivos» y «las maletas serán igualmente registradas».
«RCMP trata de establecer el origen de la amenaza e identificar al o los responsables», dijo.
El embajador de Turquía en Ottawa, Selcuk Unal, dijo a la agencia oficial de noticias turca Anatolia que el gobierno estaba «siguiendo los acontecimientos».
«Se estableció un centro de crisis conjunta. Después de que el avión aterrizó en el aeropuerto fue llevado a un lugar remoto y seguro del aeropuerto», dijo Unal. «Nuestros pasajeros fueron evacuados de manera segura».
El incidente ocurre solo unos días después de que amenazas similares hicieran desviar dos vuelos de Air France que despegaron de Los Angeles y Washington con destino a París.
En ambos casos, ocurridos el martes pasado, tampoco se hallaron artefactos explosivos.
La aviación civil se encuentra en alerta máxima tras los atentados del 13 de noviembre en París (130 muertos) y contra un avión ruso en el Sinaí egipcio (224 muertos) el 31 de octubre, ambos reivindicados por el grupo Estado Islámico (EI).