Un empate sin goles frenó al Atlético de Madrid en la carrera en el Grupo C hacia los octavos de final de la Liga de Campeones, atascado en su visita al Astana, cuya intensidad minimizó el primer tiempo al equipo rojiblanco, lejos de su mejor nivel ofensivo y con dos palos en sus cinco ocasiones.
La victoria habría abierto un camino más claro hacia la siguiente ronda, pero la igualada mantiene al conjunto madrileño en una situación incierta a falta de dos jornadas, las que le enfrentará con el Galatasaray, en casa, y el Benfica, fuera, tras un 0-0 que sólo pudo ser algo más para el Atlético en el tramo final, más por ambición y constancia sobre el área contraria que por oportunidades.
Ya lo había advertido el argentino Diego Simeone, cuyo equipo lidió con una puesta en escena de máxima exigencia y una primera parte movida, porque nunca sintió suyo el control del encuentro, porque le costó muchísimo enlazar unos cuantos pases seguidos rumbo al ataque y porque sólo creció cuando le dio velocidad al balón.
Lo hizo demasiado poco, también porque su rival, nada que ver con los titulares habituales que con los suplentes de hace trece días en el Calderón, le dio mucha intensidad al duelo y redujo el espacio de maniobra de los visitantes, consciente de que la mejor forma de encauzar sus opciones era con un partido más físico que técnico.
DC/ÙltimasNoticias