El estadio de fútbol que David Beckham quiere impulsar en Miami ha entrado en un terreno pantanoso: la lucha política. Todas las partes están de acuerdo en que el objetivo de la antigua estrella futbolística de traer una franquicia de la Major League Soccer es positivo para una ciudad que ya cuenta con equipos de baloncesto, béisbol y fútbol americano. La arraigada comunidad hispana de Miami es muy aficionada al fútbol —hay forofos del Real Madrid y del Barcelona por todas partes— lo que da esperanzas a los impulsores del proyecto para que la iniciativa cuaje en poco tiempo pese a que este deporte ocupe un lugar secundario en Estados Unidos.
Inicialmente, Beckham aspiraba a construir el campo en lugares privilegiados y céntricos de Miami, un objetivo que finalmente no consiguió, entre otras razones por el rechazo vecinal. Tras meses de negociación, todo apunta a que el estadio se construirá en la Pequeña Habana, cerca del campo de los Marlins, el equipo de béisbol.
Casi todo el terreno en el que se prevé levantar el estadio es público y será alquilado a largo plazo a Beckham. Es en este punto donde han colisionado el alcalde de Miami, Tomás Reglado, y el del condado de Miami-Dade, Carlos Giménez, que incluye 34 ciudades. Los dos regidores son de ascendencia cubana y los dos fueron elegidos por el Partido Republicano, pero sus relaciones no son buenas. El alquiler del terreno se va a hacer a través de la Junta Escolar de Miami, a la que pertenece Raquel Regalado, hija del regidor y que aspira a arrebatar el próximo año a Giménez la alcaldía del condado.
Cuando se supo que esta iba a ser la fórmula que desbloquearía el proyecto, los Regalado y Giménez libraron una dura batalla dialéctica en los medios. Giménez ve sin duda una maniobra de Tomás Regalado para favorecer a su hija en la carrera electoral. “Para él, todo es política. Él y su hija son políticos”, dijo de forma despectiva. Regalado respondió poco después achacando la crítica a un ataque de celos y dando por hecho que “la rabieta” se le pasará a Giménez cuando se haga una foto con Beckham.
DC/El País