Todos tenemos distintas expectativas al estar en una relación, ya sea hacia la pareja o hacia la propia relación.
Poner demasiadas expectativas, o hacerlo de forma fantasiosa, conlleva un gran riesgo de desilusión y desencanto, además de otorgar mucho peso y responsabilidad por nuestro bienestar a algo o alguien, que no está listo o dispuesto a asumir esa carga.
Poner expectativas en la pareja o la relación no sólo involucra la evaluación de la satisfacción obtenida a través de ellos; de manera inconsciente, implica el análisis de su calidad, su valor para nosotros y si están a nuestra altura o la del compromiso.
Este mismo año, en el Journal of Family Psychology se publicó un estudio realizado por el médico Sivan George-Levi y colaboradores, donde se midió la relación existente entre las expectativas depositadas y la satisfacción obtenida por adultos de alrededor de 50 años (que tenían en promedio 30 años en una relación) hacia su pareja y la propia relación.
Los resultados revelaron que aquellos que esperaban demasiado acerca de lo que su pareja o relación debería darles, se mostraban constantemente insatisfechos con la vida de pareja y calificaban como “decepcionantes” tanto a la relación como a su pareja, sin cuestionarse si sus expectativas estaban distorsionadas.
Piensas que tu relación, o a tu propia pareja son igualmente decepcionantes, pues al no esperar mucho dejas de prestar atención a las cosas que efectivamente aportan a la vida personal.
No sientes insatisfacción o decepción porque no esperas nada. Ocasionas infelicidad e insatisfacción en tus parejas, pues al no haber expectativas llevas una relación “zombie” (que parece viva, pero que en realidad está muerta).
La pareja de una persona “cero expectativas” siente que nada de lo que hace importa, pues es incapaz de medir la calidad de su relación en las reacciones de su pareja, ya que no las tiene.
Tienes necesidades y expectativas, pero no te sienten con el derecho de expresarlas; no confías en que tu pareja pueda validarlas o incluso que pueda despreciar tus necesidades.
Normalmente, son personas con baja autoestima que acaban por diluirse en la relación y ajustar sus necesidades a las de su pareja, convirtiéndose así en personas anuladas con las que nadie sano quiere estar.
¿Entonces tener o no expectativas es igualmente malo? No es así; tenerlas es sano, siempre que estas se ajusten a una realidad en donde no veas al otro como:
Con una expectativa sana y balanceada entiendes que:
DC/Salud180