Allá por fines de 1970, cuando la riqueza petrolera de Venezuela daba lugar a los vuelos supersónicos del Concorde de París a Caracas, la idea de que un país asolado por la pobreza y sin salida al mar, famoso por los bombines y las hojas de coca, algún día la superara era impensable. Cómo han cambiado los tiempos.
Bolivia, el país más pobre de América del Sur con base en su PIB per cápita, supera o está a punto de superar a Venezuela en una serie de áreas. La caída de Venezuela, que ya se ve castigada por el desplome de la moneda y la tasa de inflación más alta del mundo, es sorprendente para un país que tiene las reservas de petróleo más grandes del mundo y cuyo difunto presidente, Hugo Chávez, fue el mentor del líder boliviano Evo Morales.
Si bien Morales tomó el control de la industria del gas natural de Bolivia en 2006, sus políticas nunca fueron tan radicales como las de Chávez, que un día recorrió el centro de Caracas señalando a diversas compañías y diciendo “nacionalícenla”. Morales y el ministro de Economía Luis Arce “comprendieron la importancia de tener una política fiscal ordenada”, dijo Ben Ramsey, economista jefe y responsable de estrategia de deuda soberana de JPMorgan Chase & Co. para la región andina en Nueva York, que sigue a ambos países. “Tiene enormes reservas respecto de su economía”.
Después de llegar a un pico de más de US$40.000 millones en 2008, las reservas de Venezuela se desplomaron a menos de US$15.000 millones y gran parte de ellas está en oro. Si bien la caída de los precios de la energía también afectó a Bolivia, sus reservas siguen una trayectoria ascendente o estable bajo el gobierno de Morales y el año pasado alcanzaron un pico de alrededor de US$15.000 millones, mientras que estaban en menos de US$5.000 millones cuando Morales asumió la presidencia en 2006.
PIB
La toma de control de la industria boliviana del gas natural por parte de Morales se produjo en medio del auge económico de sus socios comerciales clave, Brasil y Argentina, lo que engordó las arcas del gobierno. El mandatario también dio estabilidad política a un país que había tenido seis presidentes en la misma cantidad de años. La economía de US$34.000 millones respondió, creciendo a un promedio de 4,9 por ciento entre 2004 y 2014.
En Venezuela, la economía se vio afectada por la caída del precio del petróleo, la aceleración de la inflación, los múltiples tipos de cambio y una creciente incertidumbre conforme Chávez y su sucesor, Nicolás Maduro, nacionalizaban empresas, no combatían el aumento del delito y marginaban a la oposición política. La economía de US$510.000 millones, de acuerdo con los cálculos del Banco Mundial, podría contraerse 10 por ciento este año, más que cualquier otra economía del mundo.
Pese a que Bolivia invirtió en infraestructura y aumentó el gasto social, también logró superávits fiscal y de cuenta corriente, lo que le permitió vender bonos en 2013 por primera vez en casi un siglo. Los pagarés con vencimiento en 2023 del país ahora se negocian con un rendimiento del 5,06 por ciento.
En tanto Chávez y Maduro trataron de sostener el gasto social aun cuando el precio del crudo caía, Venezuela se acercó cada vez más a socios como China, canjeando petróleo a más bajo precio por miles de millones de dólares en préstamos. Como a los inversores les preocupa la capacidad del país para cumplir con el servicio de su deuda, los bonos venezolanos se negocian a niveles que se asocian a la cesación de pagos. Sus bonos con vencimiento en 2022 lo hacen a alrededor de 49 centavos por dólar, con un rendimiento de más del 31 por ciento.
¿Y el Concorde? La ruta a Caracas se canceló a comienzos de 1980, durante otra caída del precio del petróleo. Y ya no va a volver.