Desde Fedecámaras Zulia consideramos inviable, mantener el modelo económico que se ha venido instaurando en Venezuela en la pasada década y que en los últimos años se ha insistido en profundizar.
La actual crisis socioeconómica deviene de dicho esquema, que se ha fundamentado en una economía regida por la renta y la distribución de los ingresos petroleros a la población, sin generar procesos productivos que permitan la multiplicación y regeneración de la misma.
Expropiaciones y confiscaciones de empresas productivas y de bienes de todo tipo, sólo crearon una deuda impagable por el Estado, la paralización de las mismas y la pérdida de la producción de dichas empresas, la degeneración de empleos dignos y bien remunerados, el impago de las obligaciones laborales a los entes del Estado que rigen la Seguridad Social y los impuestos, que puede redistribuir el Estado en obras sociales, además de la expropiación de más de 5 millones de Hectáreas que hoy no producen, ni para el sustento de los parceleros.
La promulgación de un sinnúmero de leyes y normativas de distinta índole, que en vez de promover la sana competencia e incorporar a nuevos actores lo que hacen es restringir, controlar, paralizar, y que al final simplemente impiden el funcionamiento de las empresas en general.
El Cierre de la frontera con Colombia que ha sido prorrogado por 60 días adicionales, sólo ha traído como consecuencia el desabastecimiento en las materias primas y materiales necesarios para las empresas productoras y el comercio en general, conllevando a la pérdida de empleos y cierre de establecimientos privados por no tener nada que vender o producir.
El aumento no consensuado del salario mínimo entre los tres actores de la economía, es decir Estado, Trabajadores y Empleadores, y adicionalmente disociado de otras medidas de ajuste y de reactivación del aparato productivo, solo traerá mayor inflación, con el consecuente incremento de los precios de los productos y servicios a niveles superiores a los ajustes salariales, produciendo que los aumentos salariales se diluyan en el corto plazo.
La insistencia en desconocer las leyes naturales del mercado, obligando al sector formal de la economía a vender por debajo de los costos, sólo puede provocar el cierre de empresas, fábricas y comercios, incrementando aún más el desempleo y añadiendo actores al subempleo en la economía informal.
La Providencia de fijar un precio tomando como referencia los costos de los productores más un 60% para todo el proceso de distribución y venta al público, sin querer entender o sin conocer lo complicado del mecanismo de distribución de productos a lo largo y ancho del país, producirá.
la ineficacia inmediata de la norma, sobretodo en pueblos pequeños y vecindarios alejados de las rutas de distribución principal, que obligará al desconocimiento de la medida en bodegas y abastos, que en un 100 % son negocios familiares y que también en un 100 % atienden a los sectores más vulnerables de nuestra población.
Generar en algunos venezolanos una sensación de oportunidad en detrimento de otros venezolanos, creando la expectativa de poder comprar más barato, lo poco que hay, solo producirá que aquellos compatriotas que aún desean mantener sus comercios abiertos para poder cubrir su sustento, simplemente abandonen la tarea, produciendo una vez más, caos y encarecimiento, exactamente el efecto contrario de lo que en teoría buscan las medidas.
Intentar condenar y criminalizar a los empresarios que han seguido trabajando, mediante la utilización de sus propios recursos, con los cuales han obtenido divisas en el mercado paralelo, para importar mercancía, por el solo hecho de no reconocer como costo el mayor valor de esas divisas, si comparamos con las tasas oficiales de cambio, aún cuando el Estado reconoce que no posee las reservas suficientes para atender la demanda, aún cuando no ha podido honrar la deuda en moneda extranjera con la que se comprometió con un sinfín de empresas y sectores claves de la economía. Solo, provocará que la única forma de abastecer el mercado con productos diferentes a los básicos, pero también necesarios, desaparezca y la escasez se acentúe aún más.
En resumen ¿que va a producir todo esto?
Más desabastecimiento, escasez, pobreza y desempleo, el cierre de comercios familiares, y la consecuente pérdida de sus ahorros y del esfuerzo de toda una vida.
DC|NP