Japón tiene el prestigio de estar fascinado por los robots y los aparatos de alta tecnología. Es una nación a la vanguardia de la innovación manufacturera.
Pero la realidad tecnológica en muchos sitios de trabajo es sorpresivamente diferente.
Este es un país que emplea humanos para hacer el trabajo de semáforos y donde empresas de renombre siguen utilizando programas de hace diez años.
«Las compañías japonesas generalmente están rezagadas de otras internacionales entre 5 y 10 años en cuanto a la adopción de prácticas modernas de tecnología, especialmente las que están en la industria del software», explica Patrick McKenzie, jefe de Sartfigher, una empresa de software con operaciones en Tokio y Chicago.
DC/BBC