Agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) determinaron que no había amenaza de terrorismo y no arrestaron a nadie después que una «mala comunicación» en un avión que se disponía a despegar del Aeropuerto Internacional Fort Lauderdale-Hollywood (FLL) provocó una amenaza de bomba.
Según la policía de Broward (BSO), el jueves por la noche un pasajero de un vuelo de la aerolínea Spirit Airlines con destino a Minneapolis estaba hablando por teléfono cuando otro pasajero escuchó su conversación y por lo que hablaba pensó que podría tratarse de una amenaza de bomba.
Uno de los hombres que bajaron del avión fue posteriormente identificado como Yaniv Abotbul, de 38 años, ciudadano norteamericano que vive en Aventura y viajaba por cuestiones de negocios. Abotbul y su abogado Mark Eiglarsh celebraron una conferencia de prensa el viernes por la mañana.
Eiglarsh dijo que su cliente subió al avión, tomó una píldora para dormir y se quedó dormido, y sólo se despertó cuando la nave regresó al aeropuerto.
«Me quedé realmente pasmado cuando el policía subió al avión y se avalanzó sobre mí», dijo Abotbul. «Me trataron como un criminal o un delincuente».
Abotbul dijo que lo esposaron e interrogaron durante cinco horas antes de soltarlo. Cuando trató de abordar otro vuelo, representantes de Spirit se negaron a dejar que volara, dijo Eiglarsh.
«Mi cliente fue tratado como un terrorista en su propio país», dijo Eiglarsh.
El viernes, Spirit Airlines dio a conocer una declaración donde dice que la tripulación actuó con un «enorme cuidado».
«Aunque nunca queremos desviar un vuelo, la preocupación por la seguridad de todos los pasajeros y de la tripulación a veces exige tomar un tipo de acción inmediatamente. Hace falta que la tripulación piense de forma rápida e inteligente para tomar estas difíciles decisiones», dijo la declaración. «Las consecuencias de no actuar ni responder a una amenaza potencial pueden ser catastróficas. Es crucial actuar con mucho cuidado».
El BSO dijo que el jueves por la noche, los pasajeros desembarcaron y la nave se registró en busca de explosivos. Las autoridades bajaron del avión a dos personas que se creía tenían que ver con la presunta amenaza y las llevaron a una estación de policía donde fueron interrogadas por agentes del BSO y del FBI. Tres testigos y dos asistentes de vuelo también fueron llevados al lugar para ser interrogados.
Equipos caninos K-9 del BSO especializados en detectar explosivos inspeccionaron el avión y todos los equipajes a bordo, sin encontrar ningún indicio de explosivo.
Finalmente, la nave Airbus A320 recibió autorización para viajar y despegó a las 3:43 a.m., aterrizando sin ningún problema en Minneapolis poco antes de las 6:30 a.m. del viernes.
A bordo del avión viajaban 92 pasajeros, según el BSO.
Luego de un interrogatorio exhaustivo a las dos personas que fueron sacadas del avión, así como a los tres pasajeros y los asistentes de vuelo, los agentes del FBI determinaron que no existía una amenaza real, y que el incidente se debió a una mala comunicación entre los pasajeros, la tripulación y el piloto.
El hombre que fue escuchado mientras hablaba por su celular fue puesto en libertad y no resultó acusado.
DC|ENH