En tiempos de redes sociales, chats y emojis parece anticuado recibir una tarjeta o una carta escrita a mano. Sin embargo, el encanto de éstas no ha disminuido y -casi siempre- dicen mucho más que lo que se lee a primera vista. Por eso la importancia de usar tu propia caligrafía.
Si bien aprendimos a escribir en la casa o el colegio, la caligrafía la practicábamos con planas, algo que no es muy divertido. Con el tiempo, la toma de apuntes y el poco uso se va perdiendo, sea tu letra de molde o la clásica Palmer. Si quieres rescatar y mejorar tu caligrafía, dedícale unos minutos a estos ejercicios:
– Muñeca suelta. Es el primer paso que, además, te ayudará a coordinar el movimiento del codo y hombro. En una posición cómoda, comienza a hacer círculos, líneas y trazos con un lápiz sobre una hoja de papel, de manera que la muñeca se mueva en varias direcciones.
– Letras y números. Sigue con una secuencia simple que combine palabras, frases, fechas y nombres. Así podrás practicar las mayúsculas y minúsculas. Eso sí, concéntrate en que todo sea legible. Puedes practicar con la lista de pendientes de la oficina, del mercado o con los cumpleaños de la familia.
– Sin prisa. En una clase de la universidad, reunión de trabajo o en una situación de apuro ni siquiera le pondrás cuidado a tu caligrafía. Pero si estás ejercitándola, baja la velocidad. De esta manera, tu letra será más regular y pulcra.
Un tip adicional:
El secreto de la caligrafía es la manera en que tomas el lápiz o el bolígrafo. Recuerda apoyarlo en la base del pulgar y sostenerlo con éste, el índice y el medio.
DC/Eme de Mujer