El presidente de EE.UU., Barack Obama, criticó duramente el plan del aspirante presidencial republicano Donald Trump para deportar a millones de inmigrantes indocumentados si llega a la Casa Blanca, al afirmar que no es «realista».
«La idea de que vamos a deportar a 11 o 12 millones de personas de este país (…) En primer lugar, no tengo ni idea de dónde piensa el señor Trump que va a sacar el dinero. Nos costaría cientos de miles de millones de dólares ejecutar eso», dijo Obama en una entrevista con la cadena de televisión ABC grabada el jueves por la noche.
Obama comentó que «nadie» cree que el plan de Trump sea «realista» y agregó: «Pero lo más importante, eso no es lo que somos como estadounidenses».
Al ser preguntado sobre por qué piensa que a algunos estadounidenses les atrae el plan de deportación masiva de Trump, Obama sostuvo que «siempre ha habido una cepa de sentimiento antiinmigrante en Estados Unidos».
«Es trabajo de los líderes no jugar con ese sentimiento (…) No queremos, yo creo, que un presidente o cualquier persona en una posición de liderazgo juegue con ese tipo de miedos», argumentó Obama.
Trump, uno de los favoritos desde hace meses en las encuestas de intención de voto sobre la contienda presidencial republicana, ha prometido deportar a todos los indocumentados que residen en EE.UU. y construir un muro en la frontera con México si llega a la Casa Blanca.
Esta semana el magnate ha vuelto a insistir en su plan, que consiste en crear una «fuerza de deportación» para expulsar a los indocumentados “con humanidad».
Obama ha intentado, particularmente durante su segundo mandato, sacar adelante una reforma migratoria y apoyó un proyecto de ley bipartidista al respecto aprobado en el Senado en 2013 pero que no fue sometido a voto en la Cámara de Representantes.
El pasado lunes, la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito, con sede en Nueva Orleans, falló en contra de dos medidas migratorias ejecutivas anunciadas por Obama hace un año y destinadas a evitar la deportación de millones de indocumentados.
Ahora esas acciones ejecutivas quedan en manos del Tribunal Supremo, máxima instancia judicial del país, que primero deberá decidir si escucha el caso presentado por el Departamento de Justicia y luego, en caso de aceptar, someterlo a escrutinio.
DC|EE